Nunca me ha gustado especialmente el café. Lo empecé a tomar en los años en los que iba de monitora de campamentos porque todos lo tomaban ...y porque me ayudaba a sobrellevar las largas veladas que sucedian a los días interminables. Y desde entonces hasta hoy.
Me encanta el olor de una cafetera recién hecha. Me huele a tertulia, a sobremesa alargada. Un café es un rato de confidencias, un parar el tiempo en seco. "Tenemos que tomar un café" decimos cuando hace mucho que no vemos a alguien.
No entiendo de cafés, puros, mezcla, de Colombia, Arábica...no soy capaz de distinguir nada de esto, pero soy un animal cafetero.
El café no es una bebida, es un momento, una sensación , un recuerdo o un proyecto de futuro.
Hola Maite.
ResponderEliminarEstoy contigo con eso del café, es su aroma, el momento, una cita, amigos, charla, pero todo eso para mi se queda en una frase, "me quita el sueño".
Un beso de café.
Isis, yo acabo tan agotada que ya nada me puede quitar el sueño...bueno, si, una cosa, la blogeina para mí es mucho más excitante que la cafeina.
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