Hace unos cuantos años, en el penúltimo curso de la carrera...bueno, sí, hace muchísimos años ya, tuve la oportunidad de trabajar (de becaria) como correctora en un periódico del Grupo Z en Zaragoza: El Periódico de Aragón.
Hasta ese momento no existía allí la figura del corrector, cosa que a mí me parecía increíble en un medio de comunicación de semejante prestigio. Pero para eso estábamos nosotras allí, las cuatro becarias de cuarto de filología que íbamos a limpiar, fijar y dar esplendor en toda la redacción.
En realidad nos convertimos en una especie de moscas cojoneras (con perdón), en la pesadilla de los redactores: que sí esto no es correcto, que si esto no se entiende, que si esta frase no concuerda, que si este tiempo verbal es incorrecto, que aquí mejor punto y coma que si no queda muy larga....claro, nosotras en pleno subidón filológico, salvaguardando la pureza de nuestra querida lengua y los redactores al libre albedrío, ancha es Castilla...
Mi primer día fue traumático porque se me pasó una errata gorda que al día siguiente fue titular en las páginas de local:
Muerto al chochar contra un muro, en lugar de
Muerto al chocar contra un muro. (ese fue mi primer batacazo contra un muro, en fin, qué vueltas dá la vida). Aparte de eso, la experiencia fue muy buena, pero a la vez frustrante porque realmente vimos que nuestro trabajo si se hacía mejoraba notablemente la calidad final de las ediciones, pero que si no se hacía, allí a nadie le importaba.
Aquello me enfurruñó un poco con el mundillo de la prensa, que además era otra de mis vocaciones. Y prefiero no seguir comentando nada sobre la calidad de lo que se escribía allí. No soy lectora habitual de El Periódico pero me dá la impresión de que en ese aspecto no han mejorado mucho.
Hoy me acuerdo de aquello porque he encontrado en El Norte de Castilla un apartado especial dedicado a cuestiones relacionadas con la lengua española:
El Castellano. Esto es sólo un ejemplo de otra manera de hacer las cosas. El instrumento del periodista es el lenguaje, verbal o escrito, y si es un profesional de la comunicación lo mínimo que debe hacer es dominar ese instrumento. También es su responsabilidad porque actúa como modelo de uso. Hay otros muchos medios que se preocupan por esto, como El Mundo, El País o El ABC, con unos libros de estilo muy buenos, pero me ha llamado mucho la atención esta página de El Norte de Castilla. Ya la tengo en Favoritos.