Punto de cruz

Soy bastante inutil para muchas cosas, casi todas relacionadas con los trabajitos manuales. Por ejemplo veo bricomania y me parece mucho más de ciencia ficción que Stars Wars, El ataque de los clones.
Esto no es de ahora. Es de toda la vida. Cuando estaba en el cole, la asignatura llamada pretecnología, que al principio se llamaba "manuales" era una de mis favoritas. Yo disfrutaba mucho, pero reconozco que mis creaciones tenían cierto aire chapucerillo. Por ejemplo, las lentejas se me despegaban de los collages de legumbres, cuando hacía marquetería no ganaba para sierras de las finitas, y todo así. Pero lo que consiguió sacarme de mis casillas fué el punto de cruz. Acostumbrada a ir a colegios mixtos, con trabajitos manuales unisex, en septimo de EGB llego a un cole de monjas y descubro el mundo de una asignatura llamada "labores" que me aprobaron por caridad cristiana. Me compré el tapiz de punto de cruz más facilito, nivel iniciación. Con pocos colores y dibujos sencillitos...No había manera de sacar aquello adelante porque pegando lentejas disfrutaba, pero con el punto de cruz...uff!. Luego otro año nos tocó iniciación al ganchillo. Muchas de mis compis hicieron hasta tapetes para mesa camilla, pero yo no pasé de la cadeneta. Lo importante de esto son los "learnings" que nos llevamos para la vida. Por ejemplo, para mí quedó claro que no podría ser nunca costurera ni bordadora, ni artista plástica en general, y así no me cree falsas expectativas. Que igual de importante que saber lo que uno quiere, es saber lo que no quiere...bueno, igual, igual no, que saber lo que uno no quiere es como ir al supermercado con la lista de lo que no quiero. Eso está muy bien, pero...¿Y qué compro?.