Sensibilidad a flor de piel

Que un torero mate a un toro de más de 500 kilos llamado Avispado, por ejemplo no está bien. Un pobre animal que ha vivido en una finca, con sus veterinarios, con sus piensos especiales, con todos sus cuidados... Que un toro, con nombre propio y apellido, que cada ganadería es un clan familiar, muera en una plaza de toros, es una tortura. Por eso había que prohibirlo.


Un feto de cinco meses, que depende únicamente de su madre para vivir, que ya tiene todos sus órganos vitales, que ya se sabe si es niño o niña, y del que ya conocemos el peso y la estatura, puede ser una gran molestia para alguien. En esos casos la criatura no suele tener ni nombre todavía, y aún siendo un don nadie, si para alguien es un problema, lo justo, lo racional, lo civilizado, como en el caso de los toros, claro, es buscar una solución. Lo mejor que no nazca.



Por eso había que legalizar el aborto. Lo subvenciona el estado. Una ortodoncia no, pero eso sí.



Los que se sienten tan horrorizados por lo que se hace con los toros en las plazas ¿Serán los mismos que aprueban que se mate a los fetos de cinco meses?...Es una sensibilidad dificil de entender.

Feto de 5 meses, cuyo asesinato ya es legal.

A este ser indefenso, lo protege el Parlamento Catalán.