En realidad todavía no he vuelto porque nunca he dejado de estar allí.
Todavía tengo arena en los piés. Y en los zapatos y en los bajos de los pantalones. Todavía escucho la marea subiendo y siento la arena húmeda.
Todavía resuenan en mi cabeza los ecos del concierto inesperado al que asistí anoche en Vitoria: Luar Na Lubre tocando en directo en el centro de una ciudad que me pareció preciosa y con una compañía inmejorable.
Todavía sigo sin hambre, después del maratón del pintxo de este mediodía en lo viejo de Donosti, que ha consistido en seguir el mismo modelo en todos los sitios en los que hemos entrado, para no pensar mucho: zurito+2 pintxos.
Todavía no quería volver...
...............
Juer que envidia. Cuanto me gustaría ir a Vitoria y a Donosti...y de chiquitos y pinchos...joo...
ResponderEliminar¡ Lendakari ese AVE¡ es urgente ¡yaaa¡
Besos, guapetona
Mariángeles, Donosti en una hora sería la perdición de muchas almas descarriadas como la mía....con lo bonita que es esa autovía de montaña, que por cierto, tanto se boicoteó, pero ahí está. Nada, de momento por Leizaran.
ResponderEliminarEscápate un finde, mujer, que es un ratillo desde Madrid.
Besos!!.