A veces me canso de ser fuerte. De ser tan lógica y de intentar aparentar que no me afectan las cosas. Pero también me cansa madrugar, y lo hago porque lo tengo que hacer, o también me cansa subirme a una montaña, pero lo hago, porque me gusta. Me cansa también echar a alguien de menos, pero lo hago porque no lo puedo evitar. Me cansa no poder evitar eso, y otras cosas que me hacen daño...pero como suelo ser fuerte, consigo que no me dañen...hasta el día que me canso. El día de puertas abiertas. Ese dia sin defensas, sin centinelas, sin control de accesos, sin antivirus, sin artillería antiaérea. El día libre del portero de discoteca que tengo contratado y que se encarga de seleccionar el que pasa y el que no.
Es el precio de exponerse, de elegir, de sentir, de vivir siendo consecuente. A veces cansa. Pero para descansar tengo toda la eternidad.
muy sincero! conozco la sensacion, dejarse estar cansado un dia no esta mal, sirve para reponer fuerzas y seguir! saludos!
ResponderEliminarEutelia, justo a eso me refería. Afortunadamente, diez horitas de sueño lo arreglan casi todo.
ResponderEliminarUn beso.
Tú lo que necesitas son unos cuantos "mimos"... y a jugar!
ResponderEliminarBesos.
Olga, ¡¡tú si que sabes!!.
ResponderEliminarPor cierto, me ha encantado la Marta de tu Andábata.
Un beso.
...me encanta tu definición de "jornada de puertas abiertas" hasta en esos días en los que te cansa lo incansable escribes buenas entradas...ánimo y besos guapa!!!
ResponderEliminarGracias, Isa.
ResponderEliminarUn beso!!