(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

domingo, 21 de junio de 2009

Platero



Cuando viajamos solemos poner en el coche el CD del Teatro Arbolé, una compañía zaragozana que hace teatro infantil. Representan funciones de títeres de cachiporra y además tienen unas adaptaciones deliciosas de cuentos clásicos y de obras literarias. Una de mis favoritas es la adaptación de Platero y yo, que han llamado "El poeta y Platero". No me canso de escuchar al actor Pedro Rebollo recitándolo. Y mis hijos, parece que tampoco.



Hoy, en el coche, para nuestra sorpresa, mi hijo de siete años recitaba a duo, con Pedro Rebollo, el comienzo de Platero:




" Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de
algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros
cual dos escarabajos de cristal negro. Lo dejo suelto y se va al prado, y
acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas,
celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¡Platero!, y viene a mí con un
trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal...
Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles,
todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel...
Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por
dentro, como de piedra. Cuando paseo sobre él, los domingos, por las últimas
callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se
quedan mirándolo:
- Tien’ asero. Si, Tiene acero. Acero y plata de luna, al
mismo tiempo."



Los niños son auténticas esponjas.

La ilustración es la portada de la edición de Concha López Narváez para Anaya.

6 comentarios:

  1. Leí el libro con 8 años por primera vez, y desde entonces me produce una sensación agridulce, quedó grabado en mi memoria el capítulo del potro, y casi me dolía y me duele cada vez que lo recuerdo.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Para mí lo que me resultó mas incompresible fué que Platero se muriera. Nunca se mueren los protagonistas de las historias que leen los niños.
    cuando se lo leia a mis hijos igualmente en este punto se quedaban impactados. Con cuatro años Santi me preguntaba que qué era una tumba.

    ResponderEliminar
  3. Yo la belleza de Platero la he descubierto de adulto, de pequeño me parecía una cosa muy triste y gris.

    ResponderEliminar
  4. Platero tiene belleza y ternura, pero también dolor y muerte, como la vida misma, y todo esto a ojos de un niño lo puede volver gris, como tú dices, Jesús.

    ResponderEliminar
  5. No le he leido Platero a mi nene de seis años, aún. Pero hay una historia que le fascina, porque a mí tambien lo hace.
    Es la Historia interminable.
    Y en ella, el valiente Atreyu tiene que pasar por el trance de perder a su fiel compañero. Su caballo Artax en el pantano de la tristeza.
    A los ojos de mi hijo, abiertos como platos, no hubo necesidad de darle explicaciones de lo que significaba ese momento.
    El significado me lo dió él con sus palabras sencillas de niño, al decir "papá, al ver como se huncia el caballo de Atreyu, me han dado ganas de llorar".
    Hay historias que descubren sentimientos que hasta ese momento, no se sabia que existian.
    En ese caso, mi hijo descubrió el sentimiento de la pena por la perdida de un ser querido.
    En mi, engrandeció el sentimiento de amor que se puede tener por un hijo.
    Es la prueba de que los libros, son algo mas que palabras escritas.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Tienes toda la razón churricos, los libros , las historias, los cuentos ayudan a los peques a entender la realidad y a exteriorizar sentimientos como el que tú has descrito.
    Un abrazo

    ResponderEliminar