Ayer, como casi todos los días, empecé a correr al punto de la mañana, o incluso antes. Empecé a correr la noche anterior para dejar todo preparado y poder ir a una velocidad cómoda. Tipo velocidad de crucero. Pero no. No lo conseguí.
Fué otra jornada de no parar, de querer llegar a todo y no encontrar el modo. De querer llegar a tiempo y quedarme con las ganas...
De querer tomarme un café sentada con la mente en blanco y no entre marrón y marrón. (Debería dejar el café...y los marrones).
Y después de correr todo el día, ya en casa me dí cuenta de que necesitaba comprar algunas cosas y corriendo cogí las llaves y me bajé a la calle. Iba repasando la lista de la compra cuando empezó a llover. Inmediatamente la gente empezó a correr hacia los portales o a refugiarse bajo las cornisas, y yo pensé "se acabó el correr".Me declaré en rebeldía. Aquí no se corre más.
Decidí pasear. Me empapé el pelo, la camiseta y las sandalias.
Y la lluvia empapó mi cara y mi alma.
No entiendo por qué corremos cuando llueve.
Lo que más me gusta cuando llueve es el olor a tierra mojada. Se huelen mejor los árboles. Y si la lluvia es mansa, mejor que mejor.
ResponderEliminarUn saludo
PERLA DE FILOSOFÍA COTIDIANA:
ResponderEliminarLo peor que te puede ocurrir cuando llueve es que te mojes... Y una vez que te has mojado ¿para qué vas a correr?
Dyhego, eso es el mejor spa del mundo. ¡Qué ganas de que vuelva a llover!
ResponderEliminarOtro saludo para tí.
Eso mismo pense yo, Enrique, eso mismito, y oye, me moje y no me pasó nada
Yo recuerdo una tarde adolescente, en la piscina, que empezó a llover a mares y me pilló en medio. Eché a correr y de repente me dí cuenta de que estaba empapado. Además, hacía calor y estaba fresquísimo. Ahí fue donde entonces aprendí que correr p'a na... es tontería.
ResponderEliminarEstando en la piscina, lo que es una gozada es bañarse mientras llueve. A mí me encanta.
ResponderEliminarLo que pasa es que en la piscina a la que suelo ir con mi familia (Estadium Miralbueno "El Olivar") no te dejan bañarte cuando llueve. Los socorristas obligan a todo el mundo a salir del agua. Supongo que por los rayos...
ResponderEliminar¡Qué poco románticos los socorristas!
ResponderEliminarMaite, ¿y cuando hace calor?
ResponderEliminarCorremos siempre.
Correr, correr, correr.... ¡estoy harto de correr para todo! Si es que vivimos en una sociedad regida por las prisas y los agobios....
ResponderEliminarLa verdad es que nunca me he parado a dejarme empapar por la lluvia, pero creo que lo probare algún día.
Yo tengo demostrado que si corres cuando llueve, te mojas el doble que si vas despacio. Y si no, os pongo un ejemplo claro que os habrá pasado a todos.
Vais por carretera(o por ciudad, lo mismo da) con un tiempo horroroso sin parar de llover. El limpiaparabrisas a la velocidad mas alta, si llegáis a un semáforo y se pone rojo, ¿a que no hace falta que el limpia vaya a todo trapo?¿a que lo bajáis de velocidad?
Cuando estas parado, recibes el agua de arriba y si te mueves, la recibes de arriba y te la encuentras de frente.... Saludicoss
Párate un día bajo la lluvia, Javi, ya verás.
ResponderEliminarJavier, yo cuando hace calor me aplatano, es que no soy capaz de nada, ¡se me pone una mala leche! Ahora mismo tengo las ventanas abiertas y no se si hace más calor dentro o fuera.
ResponderEliminarCon el calor yo solo soy feliz debajo del agua.
Hay que dejar de correr tanto, javier.
Un beso.