(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

jueves, 5 de marzo de 2009

¡No son horas...!


A las 6:30, cuando suena el despertador, hay que tomar la primera decisión del día: me levanto ya o me quedo cinco minutos más. A partir de ese momento y hasta las doce y media de la noche, se pueden tomar doscientas decisiones al día, trescientas...por decir una cifra. Algunas de ellas no son demasiado trascendentes ni determinan nada importante, pero otras pueden ser vitales. Por ejemplo,volviendo a las 6:30 de la mañana cuando suena el despertador, si decido quedarme cinco minutos más en la cama la cosa suele acabar mal porque los cinco minutos se convierten en media hora o en una y eso provoca una reacción en cadena de acontecimientos que hacen que no remontes hasta media mañana...si remontas...Pero es que ¡sienta tan bién apagar el despertador y volver a enroscarse en el edredón!...
Cada mañana decido que es el último día que no me levanto nada más sonar el despertador, esa suele ser mi segunda decisión del día, la que tomo cuando abro los ojos sin saber qué hora es ni en que día vivo.

1 comentario:

  1. Te cuento mi técnica:

    Si me quiero levantar a las 12:00, pongo dos alarmas: una a las 11:00 y otra a las 11:10. A no ser que las cancele específicamente, la de las 11:00 se repite a las 11:09, lo cual me da otro minuto hasta que suena la de las 11:10, que se repite a las 11:19, justo un minuto después de re-repetirse la de las 11:09, que lo hace a las 11:18 ... y así sucesivamente. Como muy tarde, a las 11:45 estoy lavándome los dientes :D

    Claro que esto sólo sirve si duermes solo o eres el último que se levanta, porque si no lo que te despierta del todo y rápidamente, son los gritos ^^

    Saludos y enhorabuena por el blog.

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