Hoy he estado un rato sentada frente a una magdalena con pepitas de chocolate. Y no solo eso, sino que he mantenido una conversación con ella. Hemos hablado de todo un poco, del tiempo, de la primavera que ya llega, de la cantidad de trabajo que tenemos...cosa que me ha sorprendido bastante, porque yo si que tengo mucho trabajo, ¿pero una magdalena? ¿A qué se dedica en esta vida?. Según ella, tiene un montón de cosas que hacer, ah¡ y además está casada, supongo que con un donuts o con un rollito de canela...El caso es que hemos pasado un rato agradable y como yo cada día veo cosas más raras me ha parecido tan normal estar allí, charlando con la magdalena...tan normal que cuando he visto que Raquel le pegaba un bocado a mi compañera de sobremesa me ha dado un vuelco el corazón. ¡Cuanta crueldad! La magdalena me ha mirado con sus ojillos de chocolate como despidiendose para siempre y mientras le decía adios, le he hincado el diente a mi donuts bombón... No te puedes ni imaginar la conversación que acabo de tener con tu magdalena- le he dicho Raquel. Justamente eso me estaba comentando tu donuts antes de que te lo zamparas, me ha contestado Raquel con toda naturalidad. Y nos hemos vuelto al trabajo, cada una a su sitio como si no hubiera pasado nada.
Me ha encantado el tema "magdalena y tu", ha sido muy real, a mi tambien me pasa, jejeje. Ya me extrañaba a mi que trabajando donde trabajamos no nos pasara a mas de uno este tipo de cosas. Rakel postventa.
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