(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

sábado, 14 de marzo de 2009

Frikis


Lo que tiene la sociedad del bienestar es que, generalmente, las personas tienen sus necesidades básica cubiertas. Su preocupación no es la lucha por la supervivencia, por encontrar un modo de vida, bién porque ya lo tienen o porque alguien se lo proporciona: los padres, el estado...Este pensamiento se me ocurre reflexionando sobre el mundo de los frikis.

Los frikis son personas normales que tienen aficiones como todo el mundo, pero alguna de esas aficiones se llega a convertir en algo prioritario y casi vital para ellos. Son capaces de renunciar a muchas cosas por desarrollar su afición, invierten grandes cantidades de dinero, independientemente de que se lo puedan permitir o no, y forman unas "hermandades" de "frikihermanos" porque sólo ellos se entienden.

Hasta aquí todo muy bién, nada que decir; hay gente que hace natación, otros son coleccionistas de sellos, hay quién se fuma un porrete en fin de semana, hay quién solo desayuna fruta, hay gente que no puede dormir con la luz encendida....y hay frikis. Cada uno es dueño de hacer con su tiempo y con su vida lo que quiera.Lo malo es que algunos frikis, cegados por la pasión de su frikiworld, parecen testigos de Jehova vendiendo la revista Atalaya. Son un poco cansinos.

Como coincidas en algún lugar en el que se encuentren dos o más de ellos, ólvidate de participar en la conversación. Más vale que te lleves un mp3 discreto y lo conectes, porque escucharlos un ratillo puede tener gracia, pero a los cinco minutos ya no los aguantas. Y ellos se van creciendo.

Uff! ¡que desgaste!.

Cuando los tienes cerca sólo tienes dos opciones, o te rindes y te pasas al "lado oscuro", o los pones en su sitio y les dices:" a mí de esto ni me hableis, que ya tengo bastante con lo mío como para preocuparme de si se está preparando una conspiración en la Galaxia de Andrómeda..."

En algunos casos la simbiosis con el mundo fantástico es tal que la gente que les rodea no sabe a qué se dedican en la vida en realidad. Son conocidos por su labor y su nombre "de guerra". Lo malo es que en una ocasión escuché contar a uno de ellos que su hija pequeña tuvo que explicar en el cole cual era la profesión de padre y la cria contó que su padre se dedicaba a luchar y a matar gente....Puedo imaginar la cara de la profesora. El padre en cuestión es un operario de alguna fábrica. Nada que ver.

En realidad, si no dejas que se metan en tu terreno, son inofensivos. Bueno, casi inofensivos, como algunos medicamentos, hay que mantenerlos alejados de los niños y de materiales inflamables...

Y si tienes que convivir con ellos a menudo, ¡Que la fuerza te acompañe!....

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