Todo esto viene a cuento porque esa inmensa compra repartidita en bolsas me he empeñado en subirla de una vez del coche a casa. Es lo que tiene ser muy de aquí, que cuando te empeñas...Antes de llegar al ascensor tenía que soltar una bolsa porque los dedos se me estaban poniendo morados de tanto sufrir. Venga, suelto la que lleva el papel de cocina que no sufrirá el impacto... y cuando ha caido al suelo y he escuchado el ruido tan característico he recordado que también iban los huevos. No he querido mirar. He reorganizado las bolsas y para el ascensor. La puerta corredera se ha cerrado golpeando con toda su mala leche una de las bolsas, la de los huevos, claro. Tampoco he querido mirarla, se me escapaba una risa nerviosa de pensar en lo que iba a encontrarme. Pues resulta que no. Que los doce huevos han llegado íntegros, perfectos.
Esto es tener suerte.
Pero para suerte la de ayer. En varias ocasiones he querido acercarme a ver a Roberto a alguno de los cuentacuentos o presentaciones que ha hecho desde que salió Tanga y el gran leopardo, el cuento que escribieron él y Javier Mateos. Con tener la firma de Javier ya ni contaba porque ahora no vive en Zaragoza y ya me parecía más dificil coincidir con él.
Pues bueno, ayer me cojo mi libro y me voy al puesto de la Librería París, por cierto, mi librería de toda la vida, dónde estaba Roberto firmando y me llevo el sorpresón de encontrarme también con Javier. Por supuesto foto de los tres para inmortalizar el momento con la cámara de Roberto.
Pongo la foto que le he "robado" de esta entrada de su blog.
Pues nada, siempre es un placer coincidir con estos dos monstruos. Ya tengo mi libro firmado.Estupenda tarde del día del libro.
Fue un placer juntarnos los tres, desde luego.
ResponderEliminarMil gracias por esta entrada. ¡Te queremos!
Maite, hay que ver la alegria que da, la satisfacción tan inmensa que es que un escritor te firme su libro...y más aún si son amigos..
ResponderEliminarUn beso
Me alegro muchisimo por tí Maite!! Sé que te hacía mucha ilusión.
ResponderEliminarY...yo me pregunto...si habrás encontrado el Andábata tan deseado.
Roberto, mil gracias por vuestras dedicatorias, sois unos artistas.
ResponderEliminarBesos.
Isa, en el caso de esta pareja, me hace ilusión especialmente porque compartimos inicios como "titiriteros", cuentacuentos o como lo quieras llamar, y míralos, viviendo "del cuento".
ResponderEliminarBesos.
Marocha, Andábata se está haciendo de rogar. Han vuelto a decirme en la Casa del libro que la semana viene. Pues a esperar. Por cierto, el 7 de Mayo lo presenta Olga en Zaragoza, ...Yo voy a intentar ir. ¿Te animas?.
ResponderEliminarHola Maite
ResponderEliminarSoy Fco.Javier. Gracias por la entrada en el blog y por tu cariño.
Hablo por Roberto y por mi si te digo que puedes contar con nosotros siempre que quieras.
Un abrazo.
Pdta. Contestando a Javier: El cabello humano es una fanera y está hecho de Queratina.
Javier, Muchas gracias...dentro de poco quiero pintar en casa, si eso,os llamo... gracias, de verdad.
ResponderEliminarLo del cabello humano se lo voy a contar a mi Javier, pero antes me informaré bien sobre las faneras y la queratina...y si no igual es mejor que te lo mande una tarde para que habléis de lo divino y de lo humano, que habría que veros.
Abrazos.
Hola Maite!
ResponderEliminarSoy Fco. Javier.
Seguro que Roberto puede ir para ayudarte a pintar! :)
De lo otro, no me importa hablar de lo humano y lo inventado, de lo imaginado y de lo que todavía está por pensar.
Abrazos