(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

lunes, 12 de abril de 2010

La compra semanal


Vengo de hacer la compra en el LIDL. Yo soy muy promiscua en esto de hacer la compra. Soy del aquí te pillo, aquí te mato. Paso por un sitio, me acuerdo que tengo que hacer la compra, tengo tiempo, pues entro y la hago.

Hoy me ha tocado el LIDL, ese crisol de culturas que tenemos a la vuelta de la esquina en muchos barrios de la ciudad, esa especie de Duty free de aeropuerto internacional que tiene tantas cositas de chocolate de tantos países,tantas gominolas con forma de oso, tantas salchichas de tantos colores, tantos yogures de tantos tamaños (el de cinco litros me parece excesivo, igual si se utiliza para cataplasmas todavía...), tantos quesos tan... de todos los países. Hasta queso de oveja del Roncal con denominación de origen, ¡menudo sorpresón!

Al final, termino comprando lo mismo que en cualquier otro sitio, el "fondo de armario" de la despensa, que más o menos, siempre se encuentra...pero con tantísima chuminada alemana, belga, danesa, polaca, italiana....y con tantísima gente de todas las razas y colores llenando las cestas de cosas superdeoferta, al final, me termino llevando algún chocolatillo de esos rellenos de no se qué...para los niños, me justifico...si, ya, ya.

Pero la gran tentación de hoy ha sido una brújula digital ¡Por once euros!. Mi teléfono móvil lleva GPS, y es la repera, pero claro, allá arriba en las cumbres no hay cobertura, así que ni GPS ni leches, es como si llevo un ladrillo. En cambio esta brújula, a este precio, que me informa de los puntos cardinales, me da las coordenadas (de dos tipos), me dice la temperatura y encima es despertador....no necesita cobertura, una pila de reloj y a correr....y he pensado que por once euros, pues que igual me la llevaba, pero luego he pensado que si algún día, de verdad, necesito que un aparatito de estos me saque de un apuro, no se si iba a fiarme de éste que estaba en una cesta de verdulería, alado del cebollino y de otra cesta con calcetines antideslizantes de bebe a 1'95. Y allí se ha quedado la brújula. Que el LIDL está para lo que está. Y yo me he ido a pagar tan contenta, como una eslovaca más de las que hay por allí comprando.

4 comentarios:

  1. jaja..si es que no se puede mezclar las churras con las meninas, una brujula entre verduras y calcetines...a saber donde hubieses acabado con semejante aparatejo..:)
    Un beso

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  2. Yo tengo que hacer compra semanal diaria... Me gusta ir al Lidl porque, como bien dices, siempre hay muchas chuminás. Yo las meto en el carro y al final las vuelvo a dejar en su sitio. ¿Para qué quiero ese cachivache? Lo último que compré fue una tubo con un émbolo que sirve como manga pastelera. Debido a la celiaquía de mis hijos,los domingo siempre les hago churros. Tengo una de tela. Vi el artilugio ese tan bonito, tan práctico, tan útil, tan cómodo... Lo he utilizado los veces y que le vayan dando... El pitorro por donde tiene que salir la masa se suelta y hala, un bolón inmenso de masa a la sartén, sin poderlo utilizar y a pique de quemarme vivo. ¡Ojalá lo hubiese dejado en el estante, como suelo hacer!
    Salu2.

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  3. Isa, pues vete tú a saber. Lo que haré será pedirme uno para Reyes, o para mi cumple, para poderme perderme con tranquilidad y garantías.
    Un beso.

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  4. Dyhego, que apañadico eres ¡churros los Domingos! y sin gluten.
    Oye, vete al LIDL con el cacharro ese y devuélvelo, y gástate el dinero en chuminadas de chocolate.

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