Para no perder las buenas costumbres, los peques se han puesto "La Guerra de las Galaxias. El ataque de los clones". Uno se ha quedado dormido (no me extraña).El otro se dedica a darle al FF cada vez que sale una escena de amoríos entre Anakin y la princesa Midala y se va directo al grano: batallas , persecuciones y duelos con espadas láser...pero cada uno con lo suyo. Mientras el imperio galáctico se convulsiona, yo pienso en mi muro, hecho con piedra aragonesa, con unos sillares firmes de esos que uno no puede ni mover y me pregunto si lo que hay detrás merece la pena como creo, aunque en realidad sé lo que hay, y sé que eso es exactamente lo que quiero.
Me caigo de sueño, me aburre la peli y no puedo concentrarme para leer. Es mejor que no me ponga música, es contraproducente porque termina con las pocas defensas que me quedan, y eso no me conviene.
¡Qué rollazo de película!...Qué rollazo no poder decir, hola, qué tal, yo bién, aquí, echándote de menos...percibo perturbaciones en la fuerza. En la mía, quiero decir. Esta noche flojea. Yo quiero tener el temple del maestro Yoda, o el temple de un muro.
Maite, siempre me he preguntado qué clase de sentimiento es el que alberga el echar de menos...¿es el amor?, ¿la necesidad?..¿que es? pero cuan reconfortante es tener cerca lo que anhelas!
ResponderEliminarUn beso
Pues mira Isa, aquí cada uno lo definirá de una manera. En mi caso, en este caso, echar de menos me hace sentirme como una gilipollas (sic)...y mira que yo soy fina y no me gusta usar palabras feas....y esforzándome un poquito más ese "te echo de menos" quiere decir: "¿pero que estoy haciendo yo aquí si lo que quiero es estar contigo?", más o menos.
ResponderEliminarjeje, eso te pasa por preguntar.
Un beso.