(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

jueves, 21 de octubre de 2010

Juegos de niños

Antonio López. Niños jugando a las bolas.

Te pasas la infancia jugando a ser mayor y por fin, te haces mayor cuando dejas de jugar.
Hace un rato el pequeñajo de la casa me ha dicho, "mamá, hoy en el cole estaba derrotao", y me lo decía a las siete de la tarde, mientras hacía los deberes, después de haber entrenado una horita a fútbol al salir del cole. El mayor todavía sigue haciendo deberes a estas horas, tiene ocho años. En un ratillo cenaremos y se irán a la cama. Otro día más. El pequeño en cuanto termina los deberes se tira a la alfombra del salón o de su cuarto a jugar con los Playmobil o con los Gormitis, pero como mucho juega una hora...¡que no es nada!, El mayor algunos dias no puede jugar con los vikingos ni con los romanos. Pero cada día crecen y cada día que no han inventado aventuras es un día en el que se han perdido algo importante. Cuando juegan organizan, crean, buscan soluciones, calculan, discuten, planean, aprenden, comparten y se pelean, negocian, disfrutan... Una cosa que siempre me llama la atención es que el juego es un "braimstorming" sin fin. En realidad, los niños son tormentas de ideas andantes. La pena es que conforme crecen y son conscientes de la realidad, va desapareciendo ese componente lúdico que ellos ven en todo, hasta que se llega a pensar que el  trabajo y la vida son cosas serias y lo divertido se debe dejar para ciertos momentos.
Lo bueno es que algunos niños no se dejan atrapar por el adulto que les va arriconando y con treinta, cuarenta , setenta, o noventa años siguen teniendo ese brillo especial en los ojos que da el apasionarse todos los dias por algo.
No tiene que ver con Peter Pan, el niño que no quiere crecer. Tiene que ver con el adulto que no olvida que ha sido un niño. Lo que pasa es que entre el niño y el adulto está el adolescente, que es en realidad un niño enfadado que no sabe si quiere ser mayor, y casi siempre, en ese camino, el niño nos lo dejamos olvidado en algún altillo del armario o del trastero, con los juguetes, los cuentos, los patines y los boletines de notas.

4 comentarios:

  1. ...cuando era pequeña mi padre trabajaba como carpintero y me hizo una casa de muñecas, uff se me ponen los vellos de punta al recordarla!! me pasaba las horas muertas jugando con ella, era preciosa no le faltaba ni un detalle..aún hoy sin darme cuenta miro hacía el rincon en donde estaba colocada como si todavía siguiera ahí y quizá deseando que esté...un beso!!!

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  2. Yoooo sigo siendo adolescente....lo de hacerme mayor...me jode montonazo....

    Y sigo jugando y negociando como niña...

    Es verdad que la vida me ha dado leña a repartir sin remisión....pero me da igual..yo sigo...adolescente y negando la mayor...

    Beoss guapa

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  3. Isa, a mí eso de mirar a un sitio dónde antes había algo o alguien también me pasa. Miro y miro como si a fuerza de mirar pudiera hacerlo aparecer de nuevo...pero no...¿será que no me concentro lo suficiente?

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  4. Mariángeles, como cantaba la ñoña aquella, Jeanette..."yo, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así"....lo del adolescente eterno tiene que ser muy cansado, yo lo recuerdo como algo agotador. ¡¡Qué derroche de energía!!
    Un beso!!

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