(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules
(Kirmen Uribe)
entre olas verdes y montañas azules
(Kirmen Uribe)
domingo, 24 de octubre de 2010
El método
Como cuando uno deja de fumar, que cada dia cuenta, cuento yo los días que hace que mandé lo que sentía a un correccional. Quise además meterlo en una celda de aislamiento. Cuanto más lejos mejor. Y ahí está. Estoy buscando el libro "Dejar de querer a alguien es fácil si sabes cómo.", pero no lo encuentro, así que a falta de un metodo probado científicamente voy tirando del ensayo-error, o del tracional método conocido popularmente como "por mis narices que...". El día que metí aquello en la celda de aislamiento fué triste y alegre a la vez. Alegre por haber tomado ¡por fín! una decisión. Triste porque sí. Y desde entonces, cada día es un poco más tranquilo que el anterior, pero también un poco más gris. Y no sé si lo que quería ganar era tranquilidad o alguna otra cosa. Y no me gusta el gris. Ha desaparecido alguna tarea de mi colunma de asuntos pendientes, ahora hay más espacio. Eso debería ser suficiente. Lo que pasa que muchas mañanas, cuando me despierto del todo y soy consciente de que yo estoy aquí y lo que siento allí, encerrado en algún lugar sin derecho a visitas, tengo que ponerme seria porque hay algo que se amotina dentro de mí. Tampoco ayudan los anónimos que me llegan desde la celda de aislamiento, en un sobre con una nota que dice: traidora.
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mmmm...yo solo tengo a mano un par de refranes para etsas cosas: "un clavo saca otro clavo" de probada efectividad por estos lares, "nunca lloviò que no escampò" que a mi nunca me sirvio mucho, pero nunca se sabe, "no hay mal que por bien no venga", que te obligarà a encontrar un par de consecuencias buenas dentro de la grisura que describes. Se me ocurren tambien algunos boleros, porque algunas veces pasar del gris al negro es la clave. Un saludo!
ResponderEliminarYo no tengo refranes, solo una obviedad: el tiempo..al menos eso fue lo que a mi me ayudó en su momento, yo tardé seis meses en "curarme", en darme cuenta de que la vida está llena de oportunidades, no sé si tardé mucho o poco solo sé que fue el necesario, para mí es como un duelo: primero la negación, luego la tristeza para seguir con la añoranza y terminar con la asimilación...pero bueno cada uno lo vive de una manera ¿no?
ResponderEliminarNo te me vayas a quedar vestida de luto indefinidamente ¿eh?...por muy bien que te quede el negro :P ¡un beso!
Eutelia, me gustan tus frasecitas, las comparto y hay unas cuantas más parecidas...pero yo soy un desastre para aplicarme estas cosas. Por aquí decimos "consejos vendo pero para mí no tengo" y esa otra de "en casa del herrero, cuchillo de palo". Los boleros están prohibidos, demasiadas contraindicaciones, creo.
ResponderEliminarUn saludo!
Isa, de luto nada que el negro no me favorece. Además, creo que todavía no se ha muerto nadie de esto. Estamos en la asimilación, más o menos, a días...pero sin perder el oremus.
ResponderEliminarUn beso!.
No sé si te sirve, pero esto que has escrito es de una calidad enorme; me he quedado impresionado al leerlo. Un beso.
ResponderEliminarJose Miguel, claro que me sirve, muchísimas gracias.
ResponderEliminarBesos!