(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

domingo, 25 de julio de 2010

Confesiones con nocturnidad y alevosía



Tengo que confesar que soy una soñadora compulsiva. Sin paños calientes. Es lo que hay...pero también tengo que explicar muy bien qué significa para mí ser soñador.


Empezaré diciendo lo que no es un soñador: No es alguien que cree en imposibles, ni que da la espalda a la realidad, ni que vive aislado en sus fantasias.


Un soñador es alguien que se fija metas, que conoce las dificultades que se puede encontrar y aún así persiste; es alguien que cree en sus proyectos y en las personas y que confía en que las cosas pueden hacerse mejor.Un soñador es consciente de la realidad, y cree que se puede cambiar. Un soñador es un inconformista por definición. Soñar es apasionarse con las ideas, con las personas, con los proyectos y no dejarse contagiar ni una gota de pesimismo. Soñar es poder ver lo que puede ser sin perder de vista la realidad y el ahora.


Quién tiene la capacidad de soñar y creerse sus sueños tiene en sus manos el motor más potente que puede tener una persona...por eso hay que manejarlo con prudencia, porque si se tiene muy claro que se quiere ir a un sitio, hay muchas probabilidades de que se termine en ese sitio...o como dice Gustave Flaubert :



Ten cuidado con tus sueños; son la sirena de las almas. Ellas cantan, nos llaman, las seguimos y jamás retornamos.






.........

No hay comentarios:

Publicar un comentario