(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

miércoles, 22 de abril de 2009

El punto exacto


Después de años de observación y sobre todo tras la conversación mantenida ayer con mis compañeros de trabajo durante la comida, concretamente en el momento del postre, aquí me encuentro, esta mañana, reflexionando sobre algo que creo que todavía no está explotado.

El mundo de los yogures ha cambiado tremendamente en los últimos años. Cuando yo era pequeña estaba el yogur natural, el de fresa, el de plátano y el de macedonia. Sin más historias, sin más royos, y luego, como cosa más especial la natillas y el flan de huevo. Y de una marca. A lo sumo dos: Danone y Yoplait ("ande" andará..). Bueno y luego salió el miniyogurt concentrado, ese de "a mi me daban dos". Ese era todo el "universo yogures" de los supermercados.

Ahora la cosa está desmadrada. El lineal de Yogures del super es más dificil de entender que un plano del IKEA (jeje). A ver quien es el listo que es capaz de encontrar simplemente un yogur. Uno normal. De los de toda la vida, un yogur natural que no sea azucarado, o cremoso o con bifidus o con soja o con polifenoles o desnatado o altooleico, o para celiacos, o para regular el colesterol o para bajar la tensión, o con lactobacilus para regular la flora intestinal... Por no mencionar las botellitas enanas que también sirven para todo (hasta para la piel y las arrugas).

Bueno, pués apesar de esta avalancha de lacteos virtuosos, todavía hay una cosa que no se ha descubierto y es porque los inventores de productos no se fijan en lo que hacemos la mayoría de los mortales...¿Para cuando el yogur "agitao"?. Y no me sirve el yogur cremoso, que lo hacen con nata. No es eso. Ni me sirve el líquido, que se puede sorber con una pajita. No, no es esa textura.

El punto exacto está en la textura que se consigue despúes de agitar el yogur espasmódicamente arriba y abajo en plan cocktelera. La técnica es sencilla, pero intensa. Se toma el yogur cerrado del todo (esto es muy importante, no debe estar levantada la tapa ni una gotita)y se coloca el dedo pulgar en la base, mientras que los otros cuatro dedos hacen de parapeto en la tapa, para evitar una desgracia, y se agita arriba y abajo tanto rato como se desee, cuanto más mejor. Lo ideal es meterse en la conversación con los compañeros de mesa y seguir agitando, como olvidándose del tiempo...

Otra versión, la de los más discretos, es hacer la batidora. Primero se destapa y luego uno se vuelve loco con la cucharilla, removiendo y removiendo...Se dice que una vez uno consigió poner un yogur a punto de nieve...

Algo tan fácil y a la vez tan artesano como esto, todavía ninguna marca lo ha conseguido. Tampoco se si es una cosa propia de los españoles, como la preferencia por los grumitos del Colacao, o si es algo universal. Pero de cualquier forma, aquí hay un filón por explotar.

2 comentarios:

  1. Pero como me he reido con este articulo. Todavia estoy acordandome del momento "yogur batido" de Almudena ayer en la cantina. Que risa!!!! Yo soy del yogur batido con cuchara, eso si, no llego al punto de nieve. Besos (rakel post)

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  2. Bueno, realmente este post está dedicado a Almu que fué la musa inspiradora. Siempre has sido tú mu fina.

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