Me gusta ojear las primeras palabras de algún capítulo, elegido al azar, de los libros que todavía no he leido. Me gusta ver las dedicatorias, o justo la primera frase del primer capítulo. Me gusta ver si diez o doce palabras pueden despertar mi curiosidad. Y casi siempre pueden.
Mientras me tomo un café le echo un vistazo al Museo de la soledad, de Carlos Castán, de Tropo editores. Es un libro de relatos que con lo poco que he visto ya me ha envenenado. El librero tenía razón, y Roberto también. Tremendo cómo escribe este hombre. Igual que el veneno, sus palabras se han introducido en mí suavemente, pero de una manera irreversible.
Hay párrafos que me han dado como un dardo en el centro de la diana, hay imágenes que parecen salidas de mi espejo, y hay citas que hacen que me remueva en la silla, de lo que me escuecen...
No basta el recuerdo cuando aún queda tiempo.
Con esta cita de Luis Cernuda arranca el primer relato, "Viaje de regreso".
...que gran frase!!! "no basta el recuerdo cuando aún queda tiempo"...a mi también me ha removido del asiento..uff yo soy de las que al leer un parrafo y me llama la atención, lo vuelvo a leer infinidad de veces hasta que me doy cuenta de que no estoy avanzando, entonces lo vuelvo a leer por última vez y avanzo con la lectura...:) un beso
ResponderEliminar¡Isa, mira que somos frikis...!, si es que no puede ser.
ResponderEliminarBesos.