Llevas más de cuarenta minutos hablándome entre susurros, diciéndome esas cosas que nunca me ha dicho nadie y mirándome con esos ojos suplicantes que rozan la desesperación. Y ahora me abrazas, rogándome una vez más que te dé lo que tú quieres.
¡Qué más quisiera yo que poder dártelo así!, sin preguntas, sin pensar en nada más, sin que importe el qué dirán. Pero hay cosas que no pueden ser. Sé tantas cosas de tí...te lo suplico, no me presiones más y ponme las cosas fáciles. Yo te doy lo que me pidas, pero por favor, introduce el código PIN de cuatro cifras si quieres los cincuenta euros, que sólo soy un cajero automático de la red 6.000.
No hay nada como pedir para que te den. Eso si, en el idioma correcto. En el caso de los cajeros automáticos, introducir el PIN, se podría decir que, es un buen comienzo. Existen idiomas mucho más complicados.
ResponderEliminarMuaca!
Parafraseando al gato Jinks (eres tan joven que quizás no recuerdos estos dibus) cuando decía: "Marditos roedores, Pixi y Dixi", pues yo diría: "marditas máquinas der demonio!
ResponderEliminarSalu2 angelicales.
Marocha, si fuera todo tan fácil como meter un PIN otro gallo nos cantaría...ya ya firmaba.
ResponderEliminarBesos, sin cobrarte comisión.
Dyhego, si que me acuerdo de los "marditos roedores", si...que nos hacemos mayores.
ResponderEliminarbesos!!