(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

sábado, 19 de junio de 2010

Aspersores


El sonido de los aspersores regando el césped me trae la imagen del verano, del final de curso y del comienzo de unos meses "asilvestrados". Es un sonido de piscina; el ruido de fondo de las últimas horas de la tarde, cuando había que subir a casa con el pelo mojado, las chanclas y el berrinche por tener que salir del agua. Desde casa, con las ventanas abiertas, escuchaba los aspersores abajo en la piscina, recordándome que ellos estaban allí y yo no.


Ahora escucho un aspersor y me dan ganas de meterme al agua y no salir en toda la tarde. Soy como el perrito de Paulov.


Vuelve a ser verano, final y principio de muchas cosas una vez más. El verano pasado tenía muy claro lo que no quería, después de una larguísima temporada de reflexión, y eso desembocó en una decisión que ya se había retrasado demasiado tiempo. Un año después tengo muy claro lo que sí quiero, y me da la sensación de que estoy empleando mi esfuerzo y mi energía en otras cosas para olvidarme de ello...pero no me sirve de nada.


Los aspersores me suenan a verano, y el verano, como cuando uno es pequeño, sigue siendo una época de descubrimiento, crecimiento, puntos seguidos y puntos y aparte.

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