No tengo una explicación científica, ni un argumento de peso. No hay hechos que me confirmen nada. En realidad no hay nada, y en realidad sé qué es esto que siento en la boca del estómago.
Es la convicción de que sé lo que quiero: sé lo que quiero hacer y sé a quién quiero. Lo demás son sucedáneos. Cuando se tienen las cosas tan claras, no se puede ir en otra dirección, porque cada paso me aleja de lo que en realidad estoy buscando.
Qué y a quién son dos cosas que no consigo olvidar, y que sinceramente, no quiero olvidar ya, porque son una parte importante de mí.
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