Básicamente tengo dos clases de pijamas. Los de soñar dormida y los de soñar despierta. Aunque parezca una clasificación un poco tonta, son muy diferentes entre sí.
En los pijamas de soñar dormida prima un requisito: la comodidad. Curiosamente este requisito lo suelen cumplir los pijamas más viejos, los desparejados, las camisetas que han alcanzado la categoría de pijamas, o cualquier cosa que cumpla con el requisito principal. A veces hasta prescindo del pijama.
En los de soñar despierta lo importante es que sean presentables, que si llama a la puerta un Testigo de Jehová o un comercial del Círculo de lectores, me den un aspecto digno. De estar en casa cómodamente vestida, pero elegante a la par. El eufemismo que se utiliza para estos pijamas es el de "homewear". Cuando te dice alguien "pero qué haces todavía en pijama", les puedes decir, no, perdona, no es un pijama, es "homewear", esto es, un sport casero con un punto mucho más casual.
Esta tarde estaba yo en casa con un conjunto "homewear" rosa, que ya no podía ser más rosa, cuando me he visto obligada a bajar al garaje un momentillo a buscar algo en el coche. Cómo somos pocos vecinos y casi nunca nos cruzamos he pensado que para dos minutos que iba a tardar que me bajaba así, tal cual. A la ida bien, todo normal, sólo me he encontrado con mi hermano que salía en ese momento, pero eso de que tu hermano te vea en pijama, pues ya no me impresiona. Son muchos años. Lo complicado ha sido cuando de vuelta he ido a coger el ascensor y ha llegado un vecino, que además es el de mi rellano, el de la puerta de enfrente. Muy elegante. Trabaja en un banco. Iba de traje. Requeteplanchado y requetepinado. Y yo de homewear, de rosa casi fucsia, muy casual. Nos hemos saludado y hemos hablado del tiempo, de su niña recién nacida y no sé de que más porque yo quería darle a la situación un aire de normalidad y de dignidad que me costaba encontrar, porque dentro de un ascensor, cuatro pisos, en pijama, se hacen muy largos. No es un pijama, no es un pijama, me repetía para mis adentros.
yo ando en pijamas casi todo el fin de semana, y de home wear nada, a veces voy a la heladeria de la esquina, o a la farmacia del doblar. Tuve que desechar unos calzoncillos de hombre con corazoncitos rojos porque mi hija y mi madre se pusieron de acuerdo para regañarme...tan comodos que son!. Y las camisetas viejas, uy!
ResponderEliminarsaludos!!
Eutelia, tú eres una campeona...eso de salir a la farmacia en pijama es para nota, y lo de los calzoncillos de corazones para matrñicula de honor.
ResponderEliminarUn saludo.