Una noche me desperté y miré debajo de la cama. Me levanté y abrí la puerta del armario. Y ví que no había nadie. Ni en un sitio ni en el otro. Ya podía haber mirado hace unos cuantos años. Y me volví a la cama mucho más tranquila, sabiendo que nigún ser siniestro me iba a despertar en mitad de la noche, solo para asustarme....¡cuánto tiempo perdido!.
Desde esa noche ya no tengo pesadillas. Decidí que prefiero soñar cosas más constructivas, me puse seria con mi subconsciente y parece que me respeta. Si tengo que soñar cosas absurdas, por favor, que sean divertidas...Ahora estoy negociando con mi subconsciente poder elegir incluso el tema, los personajes, pero no se si lo voy a conseguir. Mi subconsciente tiene mucha imaginación y ceder en eso sería perder ya demasiadas competencias...y si empezamos a cambiarnos los papeles, algún día, en una de esas reuniones de trabajo, se adueñará de mí y diré cosas que no quiero decir...Mejor dejar las cosas como están.
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