San Valero, ventolero, rosconero...y montañero

Empiezo el día con olor a café recién hecho y tostadas. Esto hace que todo lo que tengo que hacer hoy se haga más pequeñito y yo me crezca, mirando la lista de tareas con superioridad....una por una por favor, que hay para todas.
Mañana a estas horas, si todo va bien debería llevar ya un rato montañeando por el Pirineo. Cuando me suene el despertador me preguntaré que a dónde voy, siempre me pasa, y pensaré en los dos días de fiesta que tengo por delante que podía aprovechar para descansar...y meteré la cabeza debajo del edredón pensando que esto del montañeo es una tortura. Esto me dura unos minutos. La ducha normaliza un poco la situación, me despierta y cuando abro los ojos de verdad ya están ahí las montañas, en mi habitación, y se me ha pasado el sueño, el frío y ya no me pregunto ¿pero a dónde vas a estas horas alma de cántaro? .Y entonces no veo la hora de estar allí. ültimo repaso de material y al lío.
Miro las previsiones del tiempo mientras apuro el café que se ha quedado heladito.Llevamos toda la semana pendientes. Parece que nos va a nevar. Las tostadas también se me han quedado frías. Llevo un rato que estoy más allí que aquí, así que vuelvo. Mañana es San Valero, ventolero y rosconero, en Zaragoza nos toca viento y roscón. También hemos pensado en eso. Como buenas zaragozanas no podemos pasar un 29 sin roscón así que nos llevamos uno  que como mucho llegará hasta Benasque, que las tradiciones son las tradiciones. A veces no podemos evitar ese lado dominguero y torticampista, qué le vamos a hacer. Cuando nos dediquemos a ir a los Annapurnas pues ya nos plantearemos las cosas de otra manera.