Labores de mantenimiento

A primerísima hora de la mañana estaba yo como un clavo en la recepción del servicio de postventa de Volkswagen, vamos, lo que viene a ser el taller de toda la vida, para la revisión de los cuatro años, que ahora que va a cumplir cinco ya tocaba. Como una reina me he sentido y mi coche, que allí se ha quedado, supongo que como un marajá. Lo dejo muy tranquila, sabiendo que está en las mejores manos, me he ido con la sensación de dejarlo en un spá, en un centro termal zen, en la Buchinger de la automoción. Me han hecho un presupuesto con lo que iba a costarme la revisión...¿Quiere que la cambiemos las escobillas?-¡Venga, from lost to the river! ...y he tenido todo el día para mentalizarme del sablazo. Se me ha ocurrido también preguntar en la sección de recambios oficiales homologados legítimos por una versión actualizada del navegador que lleva el coche. La verdad es que la necesito porque este verano cuando llegué al límite de la provincia de Burgos desde las vascongadas, me temí que iba a escuchar "si quiere ir  a Castilla la Vieja abandone la calzada romana e incorporase a la circulación giratoria (rotonda, que ya me lo he aprendido)  en la segunda salida".  Me despista un poco este navegador, de hecho, iba a Valladolid y casi llego a Bilbao, pero bueno, es una anécdota sin importancia. El caso es que claro que existe versión actualizada. 180 euros. No, perdona, sólo quiero la actualización, que el navegador ya va con el coche...Y he pensado que igual en el mercado negro y si no me denuncia nadie como si fuera una fumadora cualquiera, puedo conseguir algo.
Luego me he ido al teatro, con los peques, a ver Dragoncio, de los Titiriteros de Binefar. Divertidísima, he recordado mis años de cuentacuentos con mis compis de Galeón y por un rato me he olvidado del sablazo que estaban a punto de pegarme por la tarde....pero la tarde ha llegado y mi coche me esperaba siendo otro. Sin pilotos chivatos de "te toca ya la revisión" y hasta con el reloj puesto en hora, que no la había cambiado; son un cielo estos técnicos. Su coche está perfecto. Pues nada, me voy encantada. La tarjeta ha pasado a la primera, se ha portado como una campeona. El empleado del servicio técnico me ha pasado a un despacho como de consulta de cardiólogo y me ha explicado una a una todas las cositas, ajustes, operaciones y demás que le han hecho al coche. Yo le decía a todo que sí. Cuando ha terminado me ha dicho ¿Tienes alguna pregunta? y se me ha ocurrido decirle "Hombre, casi todo lo que me has dicho me ha sonado a chino, pero si me dices que todo está bien, pues ya está"  ....Y se ha quedado con cara de ¿...? y me ha insistido ¿Quieres que te explique algo?...y ya, por no parecer lo que en realidad soy que es una analfabeta de la mecánica le he preguntado por la marca de aceite que le tengo que poner y le he pedido que me lo apuntara. Y me he sentido muy bien por ser capaz de mantener una conversación de mecánica del automovil con un especialista.
Y cuando por fin he salido del concesionario, con el coche en perfecto estado, la tarjeta todavía con un halo de vida, y sin la versión actualizada del navegador, he pensado que el siguiente sablazo va a ser, el dia que me recupere, en Ezcaray, un finde, con visita a una de las bodegas de la rioja alavesa y estancia y cenita en el Echaurren, un sitio al que le tengo ganas. Si el coche se lo merece, yo también.