(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

sábado, 29 de mayo de 2010

Pequeñas diferencias


A ciertas horas de la noche, la fase de exaltación de la amistad llega inevitablemente. Esa fase en la que todos somos somos superguays, nos damos abrazos, y nos hacemos declaraciones de amor fraterno de una intensidad que asusta.


La profundidad de las conversaciones es directamente proporcional a la superficialidad de los temas, y eso está muy bien. Mientras la desatada de turno baila todo lo que le echen y se empeña en que todos los demás hagan lo mismo, algunos montan grupos de debate a la altura de las tertulias de La Clave (los muy jóvenes no sabeis lo que es)...Ayer uno de estos grupos se puso interesante. En ese momento estábamos cinco o seis chicas y una vez quedó claro que todas éramos estupendas y nos queríamos mogollón, pasamos al tema estrella: Los chicos, en general. Intentamos llegar a un estandar ideal y entre repaso y repaso y posturas irreconciliables por fín llegamos a un acuerdo, aunque sin concretar más detalles. La cuestión es que hay algunos tan completos, muy pocos, pero los hay, que nos plantean la siguiente duda existencial: "No sé si tirármelo o tener una conversación interesante con él" (sic). Si, esta duda a las chicas se nos plantea. Para que luego digan que somos iguales.

2 comentarios:

  1. Maite, no he podido evitar reirme al leer esta entrada...me vas a perdonar pero voy a ponerme picantona...puedes hacer las dos cosas, ya que las conversaciones interesantes pueden ser después de...y a veces son muy buenas, yo creo que esto último es por el grado de relajación del momento...jejej..un beso

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  2. Isa, yo me reí mucho ayer cuando lo comentábamos, pero te doy la razón, si das con uno completito hay que exprimir al máximo sus capacidades, claro que sí, antes, después, en el intermedio... es lo de menos.
    Besos.

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