(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

viernes, 21 de mayo de 2010

Lluvias de Mayo


En los últimos años he tenido la sensación de que el tiempo pasaba mucho más rápido que antes. Dicen que cuando pasa esto es que ya tienes que empezar a preocuparte, que es cosa de la edad.

Sin embargo, Mayo se me está haciendo eterno, pesadísimo, difícil de atravesar, como cuando te vas hundiendo en la nieve y cada paso te cuesta un triunfo...así está siendo Mayo.

Es un mes desequilibrado incluso si pienso en el tiempo que ha hecho. Hace cinco días estaba con los guantes, el forro polar y el goretex en medio de una nevada, y esta misma tarde a treinta grados, cambiándome de acera para ir por la sombra.

Está siendo un mes de digestión lenta, provocada por un empacho de situaciones no deseadas, de emociones un poco alteradas y de decisiones no planeadas, pero muy pensadas.

Bastante agridulce, por otro lado. Las situaciones difíciles (lo "agri") provocan reacciones generalmente muy positivas en las personas (lo "dulce"), porque al final el instinto de supervivencia, de construir, de volver a empezar una y mil veces, está en nuestra naturaleza.
¡Qué largo se me está haciendo Mayo!, prometo no volver a decir "de este agua no beberé y este cura no es mi padre", porque conociéndome...Y todavía quedan diez días...y hasta el cuarenta de Mayo, veinte.

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