Cuando estoy por allí arriba, por la montaña, lo veo todo muy claro. Se ve todo más fácil. Es un entorno tan impresionante, que todo lo demás parece insignificante. Desaparecen las dudas y se simplifican las respuestas. Es un lugar estupendo para desconectar, pero también para ver las cosas de otra manera, que muchas veces es mejor que desconectar. Desconectar es pasajero, como coger una borrachera. Ver las cosas de otra manera es un cambio permanente.
Cuando estoy por allí arriba no entiendo cómo no soy capaz de coger el toro por los cuernos de una vez...igual es porque estoy tan lejos de todo que con la distancia me envalentono, o porque me afecta la altura y no me llega suficiente oxígeno al cerebro...quién sabe.
Afortunadamente, el teléfono móvil allí no tiene cobertura, así que eso me libra de cometer imprudencias de las que estoy segura que luego me arrepentiría...o no, quién sabe.
Alejarse...subir...y que el frío y el aire te llenen. ¡Claro que todo se tiene que ver de otra manera¡. Precioso escrito, Maite. Besos
ResponderEliminarPd.: A veces, hasta es bueno equivocarse...
Mariángeles, bueno no sé, pero es inevitable.
ResponderEliminarUn beso.
Maite, esta es sin duda de las mejores reflexiones que he leido en tus entradas..desaparecen las dudas y se simplifican las respuestas...la comunión del ser humano con la naturaleza es algo inexplicable.
ResponderEliminarUn beso
Isa, lo malo es que te vuelves y ya está, y allí se quedan las respuestas.
ResponderEliminarBesos.
Maite, pero ese momento de no tener nada y de tenerlo todo, no te lo quita nadie..
ResponderEliminarUn beso