(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

lunes, 6 de diciembre de 2010

Rumores navideños de todos los años


Desde hace ya bastante tiempo tengo sospechas sobre la identidad de los Reyes Magos. Yo no he visto nada raro pero todos los años oigo cosas. Hace dos días, escribiendo las cartas de este año, Santiago, que tiene nueve años me dijo: "¿Sabes lo que me ha dicho Lidia?... que los reyes son los padres...", Y el caso es que no es la primera vez que escucho este tipo de rumores. Santiago y yo llegamos a la conclusión de que es imposible, Yo le dije "Sí, yo también he oido lo mismo alguna vez, pero no me lo creo". Después de mucho razonarlo y de encontrar motivos de peso para creer que los rumores son falsos, continuamos escribiendo las cartas mientras Javier, de seis años, ni se molestaba en entrar en un debate tan estúpido, centrado en copiar muy clarito el nombre de los Bakugan que quiere  y alguna otra cosilla con nombres muy raros.
Ellos tienen ya muy claro lo que se van a pedir. Yo todavía tengo dudas. Hay que tener mucho cuidado con lo que uno pide, porque te lo pueden traer.  He buscado por internet y no he localizado ningún número de atención al cliente de los Reyes Magos, ni siquiera una página con preguntas más frecuentes. Es mucho más difìcil dar con ellos que con un operador de Telefónica cuando te quieres dar de baja. Lo puedo llegar a entender, son malas fechas para ellos. Si finalmente no los localizo me tendré que guardar mi petición especial para otro año y tirar por el camino de lo de siempre: Tengo dos cosas: una memoria externa y una mochila grande. La memoria externa la quiero usar para almacenar pelis y fotos que me están ocupando ya muchísimo espacio, recuerdos que quiero guardar sólo para cuando yo quiera, y mis dichosos latidos insumisos, que van a estar mucho más controlados allí. A ver si con eso, mi memoria interna sufre menos.
La mochila grande es un asunto pendiente. Igual que el GR pirenaico. Igual que el treking de los Alpes. Igual que tantísimas cosas. Igual que el árbol de Navidad que tengo que poner esta tarde. Que de hoy no pasa.
Igual Lidia tenía razón. Por si acaso, yo mando la carta.

2 comentarios:

  1. ...yo también he oido esos rumores, y también empezaron desde que yo tenía nueve años, aunque yo creo que son infundados...pero una vez, el año de ese rumor, no se me olvidará en la vida, los reyes metieron la gamba bien metida...¡que disgusto dios mio!...yo nunca he sido sexista en cuanto a juguetes..pero los reyes de mi abuela si; fui con ella a una jugueteria y alli había un juguete electrico en el que a modo de carrusel unos delfines iban deslizandose por un tobogan en espiral hasta llegar a una piscina ¡que preciosidad!(tamaño pequeño claro), yo no dije nada, pero mi abuela puso la tipica cara de satisfacción de hallazgo. El caso es que cuando llegó el día de reyes y fui a casa de mi abuela junto con mis primos vi como los reyes le dejaban a uno de mis primos el tobogan de los delfines y a mi un conjunto de braguitas y una muñeca más fea que pifio...imaginate que desilusión...igual se traspapeló la carta...:) un beso!!!!

    ResponderEliminar
  2. Isa, pues no hagas caso de los rumores. Pídete este año el juguetito de los delfines. A mí últimamente me traen todo lo que pido, eso sí, yo les escribo la carta convencida, sino, no vale.
    Ya me contarás.
    Besos!!

    ResponderEliminar