Se me está starwarizando el cerebro. Hace tiempo que me lo noto. Es normal. En mi casa últimamente sólo se ve La Guerra de las Galaxias; Episodio I, Episodio II, Episodio III, y así hasta terminar las seis...y vuelta a empezar. Es el eterno retorno.
Se me ocurrió explicar a los peques que en realidad la cuarta era la primera, y que en realidad el malo era el padre, que en realidad en la uno (que se estrenó la cuarta) era bueno, pero que el lado oscuro..., en fin, todo el mundo conoce la historia, que me pierdo.
El caso es que intentando explicarles el orden cronológico de la historia pensé que la moda ésta de hacer el principio al final tenía que tener un sentido. Y se lo encontré. Pensé en todos los cuentos infantiles que me sé, y por un lado o por otro, todos hacen aguas, hay algo que no termina de cuajar...¡Claro!, les falta el "Episodio Primero. The beginning". Ese que hace que al verlo digamos ¡Ah, claro!, Ahora entiendo todo...y vas atando cabos.
Ya estoy viendo el "Episodio I de Caperucita Roja": La campiña francesa, año 1800 y pico. Una hermosa joven, de nombre Matilde (que más tarde se desvela que es la famosa abuelita) le confiesa a su madre (la bisabuela de la que luego todos conoceremos como Caperucita), que se ha enamorado de un apuesto parisino de nombre François. El tal François, después de vivir un tórrido romance con Matilde, un día la abandona sin dar explicaciones. No quiere hacerla sufrir porque él no es un hombre cualquiera. Es un Licántropo (el que luego será el famoso Lobo feroz), condenado a ser malo malísimo el resto de su vida. Pero él, enamorado perdidamente de Matilde, permanece vagando errante en el bosque del cuento que todos conocemos para proteger a su hija (la madre de caperucita), cuya historia se desvela en el Episodio Segundo, y todo se aclara en el Episodio Tercero, y ya con todo bien explicadito, empieza "Caperucita Roja. El cuento". Así si.
Ya me parecía que el de Hannsel y Grettel, tenía que tener alguna explicación lógica y convincente.Esperaré a ver si editan ese 4º 1º capítulo para poder contarselo a mis hijos. Si lo leen tal cual, cada vez que me pidan algo y les diga que no, que no hay perricas, se pensarán que cualquier día los abandono en el parque Macanaz.
ResponderEliminarY a mi que me suena eso, país rico, país pobre, país rico, país pobre, y vuelta a empezar
ResponderEliminarY a veces hay que pararse a pensar cuál era el inicio cronológico.
ResponderEliminarMarocha, pero la gracia de esto es ver el final y luego ya cuando no estiendes nada, la deconstrución del origen de la saga. Es lo suyo.
ResponderEliminarCapitán es la historia de siempre, en plan galáctico: vacas gordas, vacas flacas; borrasca, anticiclón; de la gran sequía a la grán remojá.
ResponderEliminarLo del orden, requiere mucha concentración, es verdad.
La Caperucita es que contravenía todos los consejos: va de rojo para llamar más la atención, va sola por un bosque, se entretiene cogiendo flores, no lleva móvil, se pone a hablar con desconocidos...
ResponderEliminarPero anda que la florona de la madre, ¿a quién se le ocurre mandar a una hija tan lejos? Una cosa es que la mandes a la tienda porque se te ha olvidado comprar una cabeza de ajos...
¿Y el padre? ¿Andandará el padre?
¿Y la abuela? ¿por qué no estaba con el inserso bailando los pajaritos en Benidorm?
Preguntas sin respuesta (a no ser que las tenga el Íker de los milenios)
Salu2
A eso me refiero yo, Dyhego. Estoy segura de que todas esas respuestas tienen que estar en una trilogia de episodios que no conocemos, pero que explicaría muchas cositas.
ResponderEliminarBesos.