Cuando llegó al garaje del segundo sótano y salió del ascensor recordó lo que había olvidado.
- Sabía que me olvidaba de algo, mierda.
Y volvió a subir a casa. Deshizo las dos vueltas de la cerradura y se fué directo a la cocina. Nervioso, empezó a abrir cajones, revolviendo cada uno de ellos, cada vez más impaciente.
Allí no había nada. Miró en la puerta de la nevera, en la pizarra de la cocina. Nada. Ni rastro.
¿Donde demonios podia estar la puñetera notita?.
"Sobre todo acuérdate de esto".
Las palabras de ella resonaban en su cabeza una y otra vez mientras , ya presa de un ataque de nervios, recorría el pasillo una y otra vez respirando hondo e intentando recordar los últimos instantes antes de salir de casa: "La llevaba en la mano, he cogido la cartera, el teléfono, las llaves y he salido, tiene que estar aquí".
Llegó cuarenta y cinco minutos tarde al trabajo y mientras se disculpaba abrió la cartera del portatil y al sacarlo allí estaba pegadito el post it amarillo fosforito que ella había escrito y le había dado en mano recordándole por favor que esta vez no le fallara.
Encendió su ordenador y mientras se iniciaba miraba y remiraba la maldita notita.
1- abre la puerta
2- pon la pastillita
3- cierra la puerta. se enciende automáticamente.
Otro día te diré dónde se pone la sal.
Jajaja, ¿cómo era aquello?...Todo parecido con la realidad es mera coincidencia...
ResponderEliminarHola Maite.
ResponderEliminarEso me recuerda una tarde de verano, que con mi movil en la mano, estuve una hora preguntandome donde lo había dejado.
Y lo gracioso...es que no se me ocurrió hacer una llamada desde el fijo.
Las cabecicas...
Besicos.
Estooo... Una cosa, que no lo entiendo:
ResponderEliminar1- abre la puerta (¿de qué? ¿De la lavadora? ¿del microondas?)
2- pon la pastillita (¿de qué? ¿de jabón concentrado? ¿de "Starlux"?)
3- cierra la puerta. se enciende automáticamente. (¿el qué? ¿El microondas? ¿La lavadora?)
Y lo más desconcertante...
¿¿¿¿Otro día te diré dónde se pone la sal.????
¿EN LA LAVADORA? ¿en el microondas? ¿Dónde coño se pone la sal si no es en la sartén, olla o perola?
Jesús, te remito al comentario de Herodoto.
ResponderEliminarIsis, cualquier día perdemos también la cabecica, yo misma la puedo perder esta misma semana..
Enrique, la realidad supera la ficción. Pasmada me dejas.
Pues qué quieres que te diga... La notita es críptica de narices. Yo me encuentro entre mis papeles una nota que diga que abra la puerta, ponga la pastillita y cierre la puerta y tardo media décima de segundo en echarla a la papelera. El autor/autora de la tal nota se parece a mi madre, que cuando estamos en la mesa comiendo estira un brazo y dice mientras mira la tele:
ResponderEliminar- "trae"
Y cuando le hemos preguntado si nos pide el pan, un vaso, la gaseosa, el vino o la sal, dice toda cabreada:
- ¡Las servilletas, rediós! ¿No os lo estoy diciendo?
Pues no, oiga. Yo es que soy más simple para eso que el mecanismo de un chupete...
Jajaja, pues de la plancha...ni hablamos...
ResponderEliminarHerodoto y Jesús, ya le pasó a Julio Verne que escribió ciencia ficción, y luego muchas de esas cosas se hicieron realidad....Pues como Julio Verne me siento yo con vosotros.
ResponderEliminarMisterios de la vida en el hogar... ¡Y no te digo nada si de lo que se trata es de programar el video!
ResponderEliminarPor cierto: yo sigo sin saber qué puerta tengo que abrir, qué pastilla tengo que poner y qué electrodoméstico (si es tal) se pone en marcha automáticamente al cerrar la puerta... :P:P:P
ResponderEliminar(¿Y lo de la sal? Vamos, ahí ya el cerebro me explosiona...)
ResponderEliminarVeo que en todas partes cuecen habas, yo he llegado a perder las llaves de mi coche en el bolsillo.
ResponderEliminarY por cierto, coincido con Herodoto, con esa nota no sabría que hacer, y menos pensar en la sal.
De verdad que me resisto a explicar en el blog como se pone el lavavajillas...
ResponderEliminarCapitán lo de las llaves del coche en el bolsillo me recuerda un capítulo bochornoso que viví un día que movilice a un grupo de padres para buscar mi llave y a los 2o minutos me metí lamano al bolsillo y lo tuve que confesar todo.
ResponderEliminar¿Qué os pasa a los hombres con los lavavajillas?
Ahora las pastillas de Calgonit, lo llevan todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acabáramos... El lavavajillas...
ResponderEliminarPues fácil explicación tiene el misterio: soy soltero, vivo solo y ensucio un par de platos al día... ¿Para qué confoncios quiero yo un aparato de esos? En casa de mis padres nunca hemos tenido lavavajillas por no disponer de espacio en la cocina. Así que el lavavajillas es para mí uno de los Grandes Misterios de la Humanidad. El otro, el de la Santísima Trinidad, lo he dejado ya por imposible...
Maite, yo descargué un coche entero que iba de viaje a las 6 de la mañana.
ResponderEliminarY madre mía, estaba clarísimo, el lavavajillas, uff, mejor no chisto.
Maite, ¿problemas con el lavavajillas los hombres? Pues yo ninguno. Todavía no he encontrado un electrodoméstico en casa que se me haya resistido y no le haya podido sacar el jugo. Sin generalizar...... Je je je. Un abracico
ResponderEliminarJavier, menos mal que tú dejas alto el pabellón también en esto.
ResponderEliminarDiez puntos.
Enrique, ahora lo entiendo todo. No te preocupes que algunos lo tienen en casa y están a tu nivel.
Ay, Capitán, no quiero ni imaginármelo...Qué buen ratico pasarías.
ResponderEliminarVeo que lo de las notitas con instrucciones para algunos es necesario.
Un abrazo.
Javi, tú siempre tan "apañao". Si tambies sabes limpiar un horno y la vitrocerámica eres un caso de museo.
besos.
Ja ja ja que exagerada eres Maite. No es para tanto, chica. Todo esto se resume en una frase: todavía no he encontrado nada que no pueda hacer en un piso, en cuanto a labores domesticas se refiere. Ya se que suena muy pedante, pero es cierto.
ResponderEliminarPD: Maite, ¿donde esta la dificultad o el misterio de limpiar una vitroceramica y un horno?
Lo suponía Javi, lo suponía...
ResponderEliminarA ver, Javi, lisssto, dime cómo se hace una "tembladera de leche y huevo sobre su lecho de azúcar caramelizado"... Jajaja...
ResponderEliminarOye, Enrique, no seas rencoroso, que no pasa nada porque no sepas como va un lavavajillas...siglos ha estado la humanidad sin él.
ResponderEliminarjajajajaj Herodoto... eso no es un electrodomestico... Nunca dije que fuese un chef en la cocina...jejejejej
ResponderEliminarJajajaja... si era una broma culinaria, hombre:
ResponderEliminar"Tembladera de leche y huevo sobre su lecho de azúcar caramelizado"
Vulgarmente llamado... "FLAN".
Como este otro:
"Delicia de piel de mamífero porcino en su lecho de aceite de Andújar"
O sea: "TORREZNO"
Me encanta la terminología de la Nueva Cocina. jajajajajajajaja....
No soy rencoroso, maite, es que me ha saltado el automático... del lavavajillas (juasjuasjuas)
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