A veces hay que recurrir a la cirugia. En ocasiones no hay más remedio.Quizás otros tratamientos podrian funcionar, o quizás podrían mantener la situación estable durante algún tiempo más....pero al final, la cirugía es el último recurso.
Lo importante es que el cirujano tenga muy claro qué hay que cortar y por dónde, para lograr el efecto deseado, causando el menor daño posible al paciente. Lo importante siempre es la salud del paciente y en última instancia, salvar su vida.
¿Y cómo sabe el cirujano que va a hacer lo correcto? Siempre hay riesgo, supongo.
Me encantaría poder operar como uno de ellos: Veo las pruebas y la analítica. Aquí hay que amputar. Es lo mejor. Es lo que garantiza la continuidad del organismo. Pues se amputa. Se pone la bata y la mascarilla, bisturí y pin pan. Hecho. A casa con la conciencia tranquila y el deber cumplido. Sin más.
Así debería ser....¿Y el factor humano?...El factor humano puede ser verlo todo en global, el efecto final y a largo plazo, no el inmediato, que siempre es traumático, por inesperado, por doloroso o por brusco.
Prefiero pensar que es así.
¡Qué difícil es tomar una decisión que afecte a los demás!
ResponderEliminarPero la profesionalidad está por encima de todo.
Igual que en cualquier empresa, decisiones estratégicas, a veces dolorosas pero que deben buscar el bien último. Mi duda es, ¿un cirujano actúa como un Director General del cuerpo del paciente?
ResponderEliminarDura entrada
Un abrazo.
Javier, esas son las peores decisiones, las que afectan a otros...nunca llueve a gusto de todos, aunque es lo que busques. Es imposible y asumir eso forma parte de la decisión.
ResponderEliminarGracias y un abrazo.
Así es, Capitán, a veces el camino del bién común se hace muy, muy dificil.
ResponderEliminarEn el caso del cirujano el paciente tiene la última palabra. En el otro caso no. Es paciente pasivo.
Un abrazo.