(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

domingo, 27 de diciembre de 2009

No, no me gustan las uvas.


Todas las nocheviejas de mi vida, desde que tengo uso de razón, me enfrento a lo mismo. No es algo que me haya traumatizado ni nada de eso, que yo tengo las cosas claras. Lo que me alucina es que después de tantos años, siempre hay alguien que me hace la misma pregunta:

-¿Pero no te gustan las uvas?...No abuela (casi siempre lo pregunta mi abuela), no me han gustado nunca.

Ya he dicho que yo tengo las cosas claras, así que todas las nocheviejas participo el rito de las doce uvas, que yo transformo en doce cosas comestibles que varían, según me da: lacasitos, cacahuetes, pasas. Las tradiciones son las tradiciones.

Y así, después de los cuartos, que una hace las cosas bien, me tomo un cacahuete por campanada. No tiene mucho mérito, lo sé. Por eso mientras yo empiezo el año sin atragantamientos con pepitas y pielecillas, observo a los verdaderos heroes de la Nochevieja, a todos los demás que en doce segundos se meten las doce uvas.

Y como yo no tengo que estar pendiente de respirar y contar a la vez, me da tiempo de hacer muchas cosas en esos doce segundos, por ejemplo pensar en doce momentos mágicos del año que termina.

6 comentarios:

  1. A mí me gustan las uvas, pero no la Noche Vieja, no me gusta nada.

    Feliz Navidad

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  2. Pues, Capitán que te sea leve que ya la tenemos encima.
    Un abrazo.

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  3. ¡¡que envidia me das!! poder pensar en 12 momentos magicos en solo 12 segundos me dice que has debido de tener muchos este año pasado... como sea así te deseo que tengas otros tantos ó mas en 2010. besicos

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  4. Martina, si los buscas los encuentras, seguro.

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