(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

martes, 6 de octubre de 2009

Marejadilla



Me pongo a pensar y termino imaginando. Es la manera de entender las cosas. O de asimilarlas.



Imagino que buceo, a varios metros de la superficie. Es algo que me gusta. Lo tengo muy controlado. Puedo calcular sin equivocarme mucho cuanto tiempo puedo pasar debajo del agua, sin tomar aire. Y sé cuando tengo que nadar hacia arriba, para volver a respirar.



Imagino que estoy debajo del agua y que todavía puedo aguantar un rato, pero instintivamente intento respirar y trago agua salada, que me obstruye las vías y me escuece en la garganta. Dos o tres metros me separan de la superficie. Voy hacia ella y no llego nunca. Sigo tragando agua. Ya no soy capaz de nadar, me he desorientado y no sé por dónde salir. Unos segundos que se hacen interminables me hacen creer que no voy a llegar, y sigo tragando agua. Aquí no hay vigilantes de la playa, pienso. O salgo o aquí me quedo. Salgo. No se cómo, pero vuelvo a respirar. La primera bocanada de aire me abrasa los pulmones y me hiela la garganta.


Desde la orilla veo el mar revuelto. Dentro del agua casi no se notaba la marejada. Sigo teniendo la respiración acelerada y las pulsaciones a mil. Pero viendo romper las olas furiosas contra las rocas mis latidos se van acompasando un poco.


Dejo de imaginar y recuerdo cómo suena el mar. Hoy es uno de esos dias en los que me hubiera encantado estar en mi mar Cantábrico.
Dejo de imaginar, pero el sabor a sal de mi boca no desaparece.
Eso se arregla bebiendo agua. De la dulce. Y durmiendo ocho horas. Vamos lo que hacen las modelos para estar estupendas.
Un vasito de agua y a la cama.

8 comentarios:

  1. Si es que el mar tiene muchas ventajas...

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  2. Maite.

    Me da la sansacion de que a veces, pensamos que estamos en un apuro, y al salir de él, somos conscientes de que no era para tanto.
    Un buen vaso e agua fresquita, en algunas ocasiones, es el mejor remedio para nuestros miedos.

    Un saludo.

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  3. Pues no es mala forma de ir a la cama sintiendo el mar en la boca.

    Un abrazo

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  4. Dyhego, el mar es un lujo que algunos no disfrutamos como nos gustaría.
    Un beso

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  5. Pues si, Churricos, a toro pasado, las cosas no son para tanto.
    Un beso

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  6. Hombre, capitán, lo que pasa es que da un poco de sed.
    Un abrazo.

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  7. Sobre todo de descansar, javier, pero lo de las ocho horas no lo consigo nunca.
    Un abrazo.

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