Un día, de tanto soñar, desperté y pensé que todo era real. Y sólo durante ese día me comporté como si lo que esa noche soñé hubiera ocurrido.
Mi sorpresa fué que nadie se extrañaba, que a todo el mundo le parecía normal lo que yo daba por sentado.Y a lo largo del día, lo que parecía absurdo se convirtió en razonable; Lo que parecía extraordinario se convirtió en cotidiano.
Los días sucesivos, yo que soy tan racional, quise ignorar lo que pasaba en mi mente cuando me dormía, y las horas se volvieron grises y largas, interminables y carentes de sentido. Hasta la mañana en la que lo ví todo claro.
Ya era de día, pero apenas había luz porque la niebla era tan densa que podía tocarse. No importa. En mitad de esa niebla me caí del caballo, me acordé de San Pablo -entonces estas cosas pasan de verdad- pensé, y entendí lo que tenía que hacer.
Desde entonces me tomo mis sueños mucho más en serio. Ahora sé que no son un recuerdo, ni una premonición ni nada sobrenatural. Son mi motor.
Ps: inspirado en esta frase de Edgar Allan Poe...
"Los que sueñan de día son conscientes de muchas cosas que escapan a los que sueñan sólo de noche".
La imagen es El caminante sobre el mar de niebla.(1818) De C.D. Friedrich
Es tan difícil, siendo racional, pensar que el mundo no es un sueño.
ResponderEliminarMAITE:
ResponderEliminarYo soy de los que no suelen recordar lo sueños.
Pero como dijo Pedrito del Yate: La vida es sueño y los sueños, sueños son (aunque también cantaba Aute algo así).
Abrazos oníricos
Muy bueno Maite, ni Poe, ni el soñador, es el vividor el que sueña.
ResponderEliminarCapitán,
ResponderEliminarSiendo muy racional es dificil entender algunas cosas que no pueden razonarse.
Un beso
Dyhego, yo si suelo recordarlos, bueno, va a temporadas, pero normalmente sí. No se qué significa eso.
ResponderEliminarBesos y felices sueños.
Javier, me gusta eso de que es el vividor el que sueña.
ResponderEliminarGracias.
Un beso.