(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

viernes, 4 de septiembre de 2009

La loca de la casa


Estoy ya muy acostumbrada a que mi hijo pequeño me pida que le acompañe a su cuarto a buscar cualquier juguete porque tiene miedo de la oscuridad, a pesar de que las luces de media casa estén encendidas. Y a pesar de que sean las cuatro de la tarde y de que la casa sea muy luminosa.


Tambien estoy acostumbrada a que me pida que me quede con él en la cama un ratito, porque tiene miedo la oscuridad, a pesar de que tiene un muñequito-lamparita de IKEA de color azul, monísimo y de que además la lampara del mueble del pasillo, que está justamente delante de la puerta de su cuarto, está tambien encendida.


Lo del miedo a la oscuridad no lo dramatizamos. Algún día se le pasará y ya está. Pero lo de hoy me ha dejado pensativa. Le he pedido por la mañana que fuera a su habitación a recogerla y me ha dicho que le daba miedo (a mí tambien me hubiera dado porque estabaque no se podía entrar). Le he preguntado que qué le daba miedo y me ha respondido:-"la imaginación".

Enseguida he comprendido a lo que se refería. La imaginación es una causa mucho más profunda que la oscuridad.

Me explicaba el peque que la imaginación pensaba cosas que le daban miedo. Así que he pensado que era el momento ideal para una minicharla.

La imaginación es muy buena, le he dicho, pero ella no es la que manda. ¿Sabes quién manda? Tú. La imaginación va a hacer todo lo que tú le digas, porque tú eres el jefe.

Y el crio me ha mirado con cierto recelo y me ha dicho ¿Y tú como lo sabes?.

Hombre, lo sé porque yo hago con la mía lo que quiero y me ayuda un montón, por ejemplo si estoy un día triste le digo a mi imaginación que piense en cosas chulas y ya me pongo contenta.


Explicación sencillita que ha servido para que me dijera: a ver, voy a probar, no vengas conmigo. Y se ha ido a su cuarto a hacer sus cosas y yo he podido ducharme mientras imaginaba un ratillo.

12 comentarios:

  1. Hola:
    Los padres nos consolamos cuando vemos que los demás pasan por idénticas situaciones. Mi hijo menor también está en esa fase y cuando va a su cuarto, o cuando está duchándose se pone a cantar (habrá aprendido que el que canta, sus males espanta). Todavía muchas veces intenta colarse en nuestra cama.
    Pero tiene razón tu retoño: la imaginación es poderosísima.
    ¿Quién no ha mirado bajo la cama esperando que salgan unas manos que te agarran por los tobillos? ¿y detrás de las cortinas? ¿Y subir las escaleras mirando con el rabillo del ojo hacia atrás por si alguien te persigue? ¿Y estar tapado con la sábana en pleno verano con un calor monstruoso por si entran por la ventana los vampiros? Ay, ay, ay.
    Un abrazo sin miedo.

    ResponderEliminar
  2. Maite, esta sí es una clase de gestión de recursos humanos, y de liderazgo.

    Por cierto, has pasado de mandar sobre una imaginación a mandar sobre dos, tu equipo crece.

    Un abraz

    ResponderEliminar
  3. Genial la salida de tu hijo, eso sólo se le ocurre a un niño. Yo también tengo el fantasmita ése azul (dos, para ser más exacto). Es buenísimo, el sueco que lo haya inventado seguro que no es primo de Larsson, ni le toca na.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  4. Ay, Dyhego, lo de colarse en la cama es diario en mi casa, pero lo hacen los dos, montamos unos lios...algunas veces termino yo en la cama de alguno de ellos y los dos en la mía.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Capitán, ojalá fuera así de fácil siempre. Con los niños y en el trabajo. De todos modos, tengo buenos maestros.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Javier, lo de gran jefe suena muy indio.
    Gracias. Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Jose Miguel, sería genial poder mantener esas salidas geniales siempre...pero se pierde la frescura, es una lástima.

    Tienes que mantener la fé en el pueblo sueco, Larsson sólo hay uno, los demás son inocentes.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Ay, la imaginación. Ay, la oscuridad. Ay, Ikea.
    Grandes temas, sin duda. Una entrada completita.

    ResponderEliminar
  9. Ay, Roberto, ya te tocará el gran tema de la oscuridad, que la tuya es muy pequeña todavía, ya me gustaria ver que sale de esa cabecita tuya.
    Si al final no consigues gran cosa, recuerda las lamparitas de IKEA. Son estupendas, y también las hay en rosa.

    ResponderEliminar
  10. Desde luego, me ha encantado esta entrada. Como has conseguido darle la vuelta a la tortilla para que "mi tocayo" piense de forma diferente. ¿y luego me llamabas a mi manipulador de masas porque hacía correr a los pasajeros de mi autobús? Je je je. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Javi, tu tocayo tiene sólo 5 años. a ver si dentro de otros 5 le puedo seguir dando así la vuelta a la tortilla, que esto se complica por momentos.

    ResponderEliminar