Me sigue pareciendo sorprendente la cantidad de información que se puede obtener de unos huesos encontrados de alguien que pasó por este mundo hace miles de años. Se puede saber si era hombre o mujer, qué estatura y complexión tenía, qué tipo de vida llevaba, de qué se alimentaba, qué enfermedades tuvo o a qué edad murió y de qué.
Al final, con el paso del tiempo, quedamos reducidos a eso, a un conjunto de datos, a un historial, a dos fechas, la de inicio y la de fin.
Todo lo que somos, cuando dejamos de estar, desaparece.
Todo lo que ha hecho que seamos como somos: los juegos de la infancia, los recuerdos, los enfados, los abrazos, las sensaciones, los retos y los miedos; Las alegrías, la soledad, las confidencias, las dudas, las decisiones, las miradas y las palabras; Los consejos, el ejemplo de otros, las cosas que hacen daño, las sensaciones de vacío, la música; Las historias leidas y las soñadas, las historias vividas y las que hubieramos querido vivir...Nada es eso se puede conocer analizando un esqueleto perfectamente conservado. No hay manera de dejarlo en ningún sitio, ni de grabarlo, ni de congelarlo, ni de recuperarlo después de la fecha fin.
Son las huellas, las cicatrices y las marcas de cada uno, y todavía no existe un museo que las recupere y las restaure.
Son el mayor tesoro de cada uno y con cada uno se pierden.
O con cada uno se van.
Quizá sea bueno que se pierdan son un tesoro que sólo uno es capaz de valorar lo suficiente como para llamarle tesoro.
ResponderEliminarUn abrazo
Es mejor, que cada uno sea, independientemente de sus huellas, marcas y signos.
ResponderEliminarLa impronta del ser, decían.
Me ha gustado.
La verdad que no se muy bien si me gustaría que mis sentimientos se pudiesen leer una vez ya desaparecido de este mundo. Por una parte me parece que todo lo que uno es, se pierde en el olvido cuando te vas de este mundo y que no queda una "huella" palpable de todo lo que has llegado a ser. Por otro lado lo considero algo íntimo de tu persona y da un poco de rabia que otras personas puedan ver como eras o lo que sentías en su momento....Casi mejor, dejémoslo como está.. Un abrazo y felicidades por toda la cantidad de entradas buenas que tienes en este tu blog.
ResponderEliminar¡Es tan horrible pensar que todas las vivencias se desvanecerán como el humo!
ResponderEliminarSalu2 llenos de vida, Maite.
Capitán, quizá sea bueno, pero es una lástima.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchas gracias, Javier.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues lo dejamos como está, Javi, no se hable más.
ResponderEliminarY muchas gracias.
Un beso.
Dyhego, a mí me sucede como a tí, pero parece que no hay opción...o sí. Tal vez los que escribimos lo hacemos por eso, para dejar algo de nosotros ¿no?
ResponderEliminarOtro abrazo.
Quizá, lo que nos llevamos, sea realmente lo que dejamos aqui.
ResponderEliminarUn saludo.
Buenísima respuesta Churricos. Y muy reconfortante.
ResponderEliminarOtro saludo para tí.
Si, todos deseamos de alguna manera estar presentes emocionalmente en este mundo tras habernos ido.
ResponderEliminar