A las 21:55 he apagado la tele, el ordenador y las luces del salón.La camita me llama. He cerrado la puerta de casa con dos vueltas, he vuelto al salón a recoger los zapatos que he dejado tirados en la alfombra y he entrado a oscuras en la cocina a ver si la señora lavadora ya había terminado y le parecía bien que me fuera a la cama a dormir más de ocho horas de un tirón. Con esta cosa mía de andar descalza siempre, enseguida he notado que la cocina era un charco enorme de agua....He dado la luz. Era más bien un charco de espuma; la fiesta de la espuma en mitad de mi cocina....¡hoy!, que lo único que quiero a estas alturas es DORMIR. Pues nada, a activar el protocolo de emergencia, sobre todo pensando en que el agua no baje para abajo, que no quiero líos con los vecinos ni con los seguros.....ufff!, precisamente hoy.
Rato después, miro a la lavadora con desconfianza. Ahí la tengo trabajando. A ver si esta vez la cosa termina bien. Yo no sé de dónde ha salido tanta espuma....igual es que he metido dos arielitas de esas de detergente llenas hasta arriba. La verdad es que no me acuerdo. Cuando estoy tan cansada tengo memoria de pez.
La lavadora desbordada de espuma y yo simplemente desbordada. Lo de la lavadora se arregla mucho más fácil. Una hora después todo está como si no hubiera pasado nada y la cocina huele mucho más a limpito, a jabón de Marsella. Y a pesar de que estoy agotada, o igual por eso, y de que ya debería llevar una horita en la cama, me viene el pensamiento filosófico del día: Desbordamientos, crecidas, tsunamis....al final, todo vuelve a su sitio....claro, que en el caso de una lavadora es mucho más sencillo. Hoy, no me dá para más, ni estoy para profundidades.
A ver si la secadora respeta mi descanso y no hace una de las suyas. Lo único que tiene que hacer es dar un poquito de calor, un ratito....no es tan dificil.
Pues como suene como la mía... todavía debes de andar contando vueltas.
ResponderEliminarFeliz descanso, Maite.
Muchas gracias, Alejandro; dormí como una niña pequeña, que ya me hacía falta...y la secadora se comportó. Donde la tengo, la verdad es que no molesta nada.
ResponderEliminarY... ¿Cómo dices que centrifugaba esa lavadora? y... mucha espuma ¿o qué? Menos mal que has dormido bien.
ResponderEliminarUn beso guapa.
Marocha, espuma ¡¡sin talento!!....pero todo pasa.
ResponderEliminarUn beso de princesa sin tonterías.
Mi madre tuvo una lavadora que andaba como las muñecas de famosa en cuanto empezaba el centrifugado. Se iba al pasillo haciendo un ruido de mil demonios. Los vecinos la adoraban...
ResponderEliminarConsuélate, la espuma es más bonita y silenciosa, ¡y con olor a jabón de Marsella! Qué escoscada se te debió quedar la concina;-)
Besos, guapa.
Olga, de esas secadoras también hubo en mi casa de cría.
ResponderEliminarEstoy pensando utilizar el método de inundación con espuma para hacer limpieza general en casa y que todo huela a jabón de Marsella. Le voy a dar una vuelta.
Un beso!