(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

domingo, 22 de noviembre de 2009

Olvidos y recuerdos desde los ocho años.


El primer cambio de casa que recuerdo lo hicimos cuando tenía ocho años y es curioso porque apesar de que dejé atrás un lugar en el que era absolutamente feliz, no tengo malos recuerdos de aquel cambio. Recuerdo perfectamente la casa de Colmenar Viejo, en Madrid. Recuerdo el colegio, a muchos de mis compañeros, el parque que había debajo de casa, la piscina, los vecinos, la panadería de los colines, las tardes de verano por Miraflores de la Sierra, Navacerrada, Las Pedrizas. Recuerdo los fines de semana que nos ibamos a El Pardo a casa de mi amiga Juncal, y que generalmente terminaban con la misma pregunta :¿Me puedo quedar a dormir?.


Recuerdo unos exteriores que había cerca de Colmenar donde se rodaban películas del Oeste, recuerdo la Base de helicopteros y la guardería a la que iba mi hermano.


Recuerdo muchísimas cosas y todas buenas, pero cuando con ocho años llegué a Zaragoza a una casa nueva, y un colegio nuevo creo que no lo viví como algo malo. Al menos no lo recuerdo así.


La verdad es que no tengo ni un solo recuerdo de mi despedida de Colmenar Viejo. No tengo el recuerdo de la mudanza, de mis últimos días allí, de cuando fué la última vez que jugué con mis amigos...es como si esos últimos días nunca hubieran sucedido.


En cambio, lo que sucedió los dias posteriores sí que lo recuerdo. La primera vez que entré a la nueva casa de Zaragoza, en La Romareda, mi nuevo colegio, con una profesora muy seria, y unos compañeros que me decían que tenía un acento raro.


Creo que con ocho años la curosidad y las ganas de aventura están muy por encima del miedo que luego, de adultos, nos producen los cambios. Los niños tienen una capacidad asombrosa para eliminar lo negativo y mantener la ilusión. Es un instinto que en algún momento se pierde, o se olvida. ¿En qué momento? ¿A qué edad?.


Hoy Santiago ha cumplido ocho años. Espero que tarde mucho, mucho tiempo en perder ese instinto. O mejor, espero que no lo pierda nunca, que conserve esa capacidad para quedarse con las cosas buenas, para ilusionarse con todo y que no tenga miedo a lo que pueda venir.
Ps:La foto es de la celebración de mi cumpleaños en la casa de Colmenar Viejo.

7 comentarios:

  1. Felicidades para Santiago, y esos consejos y deseos son el mejor regalo.

    Un abrazo

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  2. Bonita entrada, preciosa foto y loables deseos. Felicidades para tu hijo.

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  3. Muchas felicidades para Santiago. Con tu blog olvidará menos recuerdos

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  4. Felicidades para Santiago...justamente hace un par de días yo me preguntaba lo mismo ¿dónde queda esa inocencia? ¿y esa ilusión? ayyy esa chispa de magia que encontrabamos por todos lados..todo era insólito, único y maravilloso.
    ¿Por qué no somos Peter Pan para siempre?
    Un beso

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  5. Felicidades a tu hijo de mi parte.
    Un saludo para ti.
    Salu2

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  6. Antes de contestar a cada uno os debo una disculpa, porque vosotros habeis seguido aquí al pié del cañón poniendo comentarios y os he tenido abandonados.
    He tenido una temporada un poquillo revuelta, pero poco a poco vuelvo a encontrar tiempo para contestaros y para volver a visitaros en vuestros blogs.
    Un beso para todos.

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