(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

lunes, 6 de junio de 2011

El tiempo que no fué


En la última hora de este dia vencido, me dejo arropar por el silencio de la casa que ya duerme hace rato, sin ruidos, sin prisas, sin deberes en las próximas horas. De vez en cuando un autobús aprovecha la soledad de la avenida para acelerar con todas sus fuerzas en su último viaje del dia, seguramente vacío de pasajeros, pero no me molesta el ruido, porque en su correr acelerado percibo que busca, igual que yo, el silencio y el descanso; Que ya se termine el dia.
En algún lugar de la casa suena el pi, pi, de la alarma de un reloj digital, que me hace sonreir y me hace recordar un tiempo terminado que en realidad nunca empezó. Y no debería hacerlo, pero me sumerjo en ese tiempo paralelo porque allí estoy bien. La fiebre ha bajado un poco, lo justo para notar que mis pulsaciones ahora están más acompasadas, y en ese lugar, que debe ser muy parecido a lo que sería  un sueño, me quedo escuchando  los consejos que me doy, de aquel tiempo que no fué, de cómo dejarlo estar, pero sin quererlo olvidar. Vuelvo a escuchar el reloj, y me vuelve a hacer sonreir. Es buena señal. Señal de que me he quedado con lo bueno, con lo que en realidad si que fué, aunque no fuera más. Un tiempo que puedo conservar, congelado. Por eso a veces me da frío.

2 comentarios:

  1. MAITE:
    El mejor tiempo es el que está por venir.
    Salu2 relojeros

    ResponderEliminar
  2. Dyhego, yo creo que ningún tiempo es mejor que otro. Es diferente.....(jo, qué profundidad de pensamiento!!).
    Besos!

    ResponderEliminar