(...) No puedo elegir, me quedo aquí,
entre olas verdes y montañas azules

(Kirmen Uribe)

viernes, 29 de julio de 2011

Queridos míos:


Los últimos días os estoy prestando mucha atención, si, os habéis dado cuenta. Es evidente que hasta hace unos días no os hacía ni caso, la verdad, y por eso entiendo que ahora estéis con la mosca detras de la oreja. En realidad nunca me habéis causado problemas serios, por eso os he tenido ahí un poco dejados. Y la última semana os miro, os observo, os dedico tiempo, estoy pendiente de vuestras reacciones y cada noche os doy un ratito de mimos. Igual que por las mañanas, antes de salir de casa, ahora, también hay un momento sólo para vosotros.
No os quiero asustar, pero tampoco os voy a engañar...nos esperan unos días increibles, pero también durillos. Ese es el motivo por el que os doy dos masajitos al día con esa fórmula noruega que huele a menta, es el motivo por el que cada día probamos un tipo de calcetín y por el que pasáis tantas horas con esas botas verdes...son chulas ¿verdad?...yo creo que os van a ir muy bien, os habéis acoplado de maravilla. Lo único que me preocupa es que llueva mucho. Para eso serían mejores las viejas chirucas. Decidiremos juntos a última hora. Será lo mejor.
Por eso otro..., ya sabéis, eso que no quiero ni nombrar, no os teneis que preocupar, creo que lo podremos evitar, y en el caso de que nos encontremos con ello, sé lo que hay que hacer, he curado muchas...ya sabéis, de eso...Vamos preparados, no tenéis que darle más importancia, no les tenemos miedo.
Pues nada muchachos, que nos vamos al Camino de Santiago....¡por fin! Ya está casi todo listo, ya tenemos credencial, y vosotros os vais a portar como unos campeones...las ampollas (ups!!, lo he dicho) se curan, no hay problema, y mientras andamos y curamos ampollas, curaremos más cosas, secaremos las "otras" ampollas que ahora me molestan cada vez que doy un paso y disfrutaremos de la experiencia personal e intransferible que es el Camino...Mis queridos pies, en vos confío.

domingo, 24 de julio de 2011

El dolor y su espacio

Valle de Estós. Pirineo aragonés.

Decir la verdad, responder honestamente y confiar en las propias decisiones a veces no es suficiente. Debería serlo, pero no lo es. Uno debería sentirse bien así: Haciendo las cosas que debe hacer, siendo claro en sus planteamientos hacia los demás.... y aún así aparece el dolor. Es inevitable. El dolor existe, aunque cada uno tiene un umbral diferente. El mío es alto, y a veces hasta negándolo consigo hacerlo desaparecer, pero otras veces no. Otras veces es como una especie de reuma que rezuma desde el mismo interior de los huesos hacia afuera, dejando su huella en todas y cada una de las capas de la piel y los músculos. Calando desde dentro hacia afuera. En esas ocasiones, es como cuando uno tiene fiebre, hay que sudarla, y el proceso requiere un tiempo mínimo que no puede acelerarse. Las prisas no son buenas para esto. Si se cierra en falso es mucho peor. Así que respeto el tiempo que necesita cada dolor, escucho lo que me tiene que decir, me apunto algunas cosas, todas las que son importantes y que en un futuro me vendrán bién y veo que es el momento de empezar a desalojar. Hay que dar paso a otras cosas. El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional y no quiero darle cancha. Hoy soy mucho más fuerte que ayer, mucho mejor. Con eso me quedo y con la convicción de que siempre se puede más de lo que uno se cree. Siempre un poco más...


"Llevo encima muchas cicatrices,
pero también llevo conmigo momentos
que jamás habrían ocurrido
si no me hubiera aventurado
más allá de los límites."

(Paulo Coelho)