Para hoy había previsto un cambio de tiempo, pero así de azul estaba el cielo esta mañana en la Sierra de Guara, y el río Vero, encajonado en el cañón, estaba de un azul turquesa tan impresionante que no podía dejar de mirarlo.
Con ese panorama y el ruido del agua todo el camino, el paseito por los alrededores de Alquezar, siguiendo el cauce del río Vero, ha sido el broche perfecto para una semana que casi termina conmigo. La toma tierra hace milagros. Siempre lo digo, y una que se va conociendo a fuerza de cumplir años ya sabe lo que tiene que hacer cuando las cosas se tuercen o se complican o simplemente, y aunque salgan bien, me agotan.
Madrugón dominguero después de haber dormido ayer como si se fuera a acabar el mundo, y al monte.
El tratamiento antiestrés y reconstituyente de hoy ha consistido en:
- Desayuno en la Escuela de Montaña de Alquezar
- Paseito por el río Vero.
- Visita cultural por Alquezar y su Colegiata ( muy bonita, por cierto)
- Comida en el Refugio de la Era de Alquezar.
Todo ello, acompañado con su dosis de Cierzo, que por estas tierras no puede faltar y con muchísimas risas.
Hoy ha sido el comienzo de una nueva era, concretamente, la nueva era ha comenzado en el Refugio de la Era,como no podía ser de otra manera, y no ha tenido nada que ver el vino peleón de la tierra, que nos hemos moderado porque luego había que conducir. La culpa ha sido del Cierzo, del dia tan estupendo que hemos pasado y de la primavera que nos empieza a alterar aunque todavía no ha llegado. A nosotras nos parece que sí. Serán los almendros en flor, los pobres, que están espectaculares y esta semana van a caer unas heladas que no se yo...